Doha, QATAR.- Conjuntamente con el desarrollo general de este país, el arte y la cultura occidental poco a poco se abren paso, gracias a la creación de instituciones educativas concebidas para fomentar en los cataríes el conocimiento y disfrute de las bellas artes a través de programas de estudios impartido en el Conservatorio Nacional de Música, escuelas de ballet clásico, danza moderna, teatro y otras disciplinas artísticas.
El Gobierno de Qatar está empeñado en que parte de sus ingresos -demasiado altos- provenientes de su riqueza natural, como el petróleo y el gas natural, se destine a elevar los conocimientos educativos de la población, principalmente para los jóvenes, y niños, una población abundante en este país.
Por esta razón ha contratado a profesores procedentes de todos los continentes que tienen a su cargos las diferentes escuelas artísticas, como la música, pues Qatar actualmente cuenta con una Filarmónica considerada como una de las mejores del mundo, afirmó el director de música clásica dominicano José Antonio Molina, quien en varias ocasiones ha viajado a Qatar a dirigirla.
Millones de dólares han sido invertidos en museos de diseños geniales, con arquitecturas envidiables, como por ejemplo el Museo Islámico de Arte, situado en un brazo de la orilla del Golfo de Doha, en una isla artificial rodeada de grandes palmeras, con una visión espectacular, donde se exhiben obras del arte islámico de varios siglos pasados. El diseño de esta monumental construcción es del maestro japonés Ieoh Ming Pei.
La semana pasada, en el mismo sector de la Corniche, paseo marítimo encantador que se extiende a lo largo de siete kilómetros a lo largo de la Bahía de Doha, acaba de ser inaugurado el Museo Nacional de Qatar, denominado Rosa del Desierto, diseñado por el francés Jean Nouvel, quien ha denominado esta museo como “un lugar de encuentro entre el mar y el desierto”.
Con 8000 metros cuadrados, dos veces la torre Eiffel, esta edificación se perfila como un museo internacional, y viene a formar parte de Doha, una de las ciudades con mayores transformaciones en los últimos años, con interesantes diseños arquitectónicos y esculturales, como La Biblioteca Nacional. Las inversiones multimillonarias buscan atraer al turismo, pues espera recibir un alto número de visitantes durante la celebración del próximo Mundial de Fútbol, en noviembre de 2022, cuando los cataríes mostraran su desierto, convertido en ciudad.