Muchos piensan que la libertad de expresión es solamente un derecho legítimo que asiste a los periodistas, a los comunicadores, cuando realmente es un privilegio fundamental que tienen todas las personas que viven en países democráticos.

La libertad de expresión es un tema amplio, y a la vez complejo, que debe ser utilizada sobre todo con mucha prudencia, pues es un derecho de gran importancia, imprescindible para los seres humanos, que desafortunadamente millones de gentes alrededor del mundo no disfrutan.

Sin embargo, la libertad de expresión no debe ser usada para insultar, calumniar, provocar, ofender, destruir honras, porque perdería la base de su esencia y justificaría que algunos malintencionados propugnen por su limitación como actualmente se está solicitando en algunos países.

Debemos recordar, que la libertad de un individuo termina donde empieza la del otro, sobre todo, cuando nos referimos a temas de religión, raza etcétera. Las personas deben mostrar una actitud de respeto, de tolerancia, pues los abusos excesivos traen consecuencias muy negativas, como el de la revista Charlie Hebdo.

El propio Papa Francisco ha dicho que la libertad de expresión no da derecho a insultar y entiende que hay límites para este derecho, al igual que considero como toda una aberración matar en nombre de Dios.

Dijo el Papa Francisco que tanto la libertad de expresión como la religiosa, son derechos humanos fundamentales: ¨Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener esta libertad, pero sin ofender. Cada religión tiene dignidad. Cualquiera religión que respeta la vida y la persona, y yo no puedo burlarme¨.

El pontífice católico expresó que no apoya la violencia, pero que si alguien dijera: “Una mala palabra de mi mamá, puede esperar un puñetazo, es normal”, aseguró el Papa Francisco, a la vez que recordó que también: “Nosotros hemos sido pecadores, pero, no se puede asesinar en nombre de Dios”, refiriéndose a aquellos que han intervenido en guerras religiosas.

De hecho, los límites de la libertad de expresión es controversial, sobre todo, en algunos países “democráticos”, pues en Francia, luego que un cómico de origen africano expresara un comentario en contra del eslogan Je suis Charlie, fue arrestado de mala manera.