Detalles poco apreciados en casas  de la Zona Colonial

Detalles poco apreciados en casas  de la Zona Colonial

A veces, recorriendo la Ciudad Colonial encontramos lugares con algo distinto en la parte atrás, de poca apreciación, como también edificaciones antiguas con peculiares detalles que deben conocerse.

Si llegamos a la calle Arzobispo Meriño esquina Las Mercedes podemos apreciar una edificación antigua cuya fachada presenta el vértice esquinero cortado más amplio de todos los existentes en la zona de intramuros. En cada lateral  tiene la entrada a un amplio parqueo, el cual está ubicado en lo que antaño era el patio de la vivienda.

Sin embargo, su mayor curiosidad es que  al fondo presenta las rocas actualmente talladas que tienen tierra y malezas de un promontorio, el cual desde la época colonial había quedado sin rebajarse, sirviendo de división de las casas ubicadas detrás. Hoy en día, en la parte superior presenta varias edificaciones y en el lateral oeste una hasta con escalinata, único sitio de la urbe con esa particulariadad.

Arcada en edificio que sobresale a la calle. Asímismo, en la calle Isabel La Católica, frente al parque Colón, está el Palacio de Borgellá, casa construida en el siglo XVI, que anteriormente pertenecía a don Diego de Herrera, importante personaje de la colonia que fue adquirido por el gobernador haitiano Gerónimo Borgellá, (1828-1844), quien lo remodeló para casa del Gobierno.

Es un edificio de dos pisos con arcadas en cada nivel. Tiene una curiosidad singular: éstas, sobresaliendo, cogen terreno perteneciente a la calle y a la acera, pues esta arcada no está alineada con las casas contiguas. El transeúnte, al no tener acera para seguir caminando, sube su suelo frontal, que tiene dos peldaños, el cual está cubierto por baldosas unidas color ladrillo formando pentágonos divididos por un rombo, entre los cuales hay unos formados por losetas con decorados azules que al centro tienen una roseta y en cada vértice, cuatro pétalos.

En los dos niveles presenta siete arcos escarzanos, cada uno sostenido por dos columnas redondas.

Edificio con dos puertas, una detrás de la otra. También en la misma calle, pero número 158, se observa el antiguo edificio de dos niveles de la casa Vicini, construido a finales del siglo XIX. Su fachada es la única que todavía conserva las puertas de dos hojas de grueso metal que antaño se abrían hacia fuera, y que actualmente tienen, detrás, otra puerta con madera de caoba.

Las puertas delanteras se abren por medio a una especie de antiguas visagras compuestas por una barra cuyo final es un hueco redondo que se encaja en otra. Como  su base está introducida en la pared, ambas puertas giran lateralmente, pero para cerrar cada hoja hacia dentro, presenta un grueso aldabón que se encaja a una base que tiene un hueco.

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