MADRID, España.- La guerra en Siria lleva unos seis años. Es un conflicto bélico largo del que todavía no se vislumbra solución alguna, pese a los 600 mil muertos, los dos millones de heridos, muchos de ellos con secuelas de por vida; cinco millones de refugiados; entre ellos, 10 mil niños desaparecidos, raptados, violados, asesinados.
Demasiados millones de gentes sufridas al extremo, que llenan de vergüenza e indignación a la humanidad, consciente de que tantas desgracias han sido provocadas por países poderosos que tienen los ojos, y las manos puestas en las riquezas naturales, las valiosas reservas de gas de ese país del Medio Oriente, que anteriormente a los conflictos armados había logrado un gran progreso, de tal forma que se había hecho autosuficiente, un pecado mortal cuando son países árabes, pues son mirados con recelos.
Lo que en principio fueron unas protestas pacíficas contra el régimen de Bashar el Assar, en poco tiempo se convirtió en una guerra infernal, donde todos, pelean contra todos, y finalmente las consecuencias han sido graves, porque en el fondo, el conflicto ha sido orquestado por varios países considerados potencias, se disputan entre ellos la privilegiada posición geográfica de Siria y su riqueza natural, el gas.
Entre las consecuencias, cinco millones de desplazados que huyen de los horrores de la guerra, quienes han perdido todo, deambulan hambrientos por lugares inhóspitos, luego de enfrentarse a los peligros de los mares, en un éxodo humillante y desgarrador de crueles inviernos e insoportables veranos, a la intemperie.
Pese a que esta guerra es financiada por varios países, ninguno de ellos se ha apiadado de esos sirios desplazados, les han cerrado las puertas. Francia, el que más ha bombardeado a Siria, no les quiere, pero sí sus riquezas y su plataforma estratégica en el Medio Oriente. ¡Colonialistas despiados!.
Para vergüenza , Francia ha dicho que el ataque a Siria le sirvió para probar su nuevo misil naval, es decir, que el Gobierno francés tomó el territorio sirio para comprobar y demostrar la eficacia de ese nuevo misil que desea vender a España y a Holanda. ¡Qué asco! Atacan a Siria, bajo el pretexto de castigar al régimen de Bashar el Assad, ¡Cuánto cinismo! Aunque Assad no es un santo, es un freno para los planes de expansión de Israel en el Medio Oriente, apoyado por los Estados Unidos.