Detalles. ¡Qué horror!

Detalles. ¡Qué horror!

Gran parte de mi existencia la viví en torno a la calle El Conde y toda la Ciudad Colonial, por lo que siempre, mi niñez y juventud estuvieron muy ligadas a recuerdos y sentimientos imborrables que remontan desde que tenía apenas 6 años edad, cuando a diario recorría parte de esa zona llena de historia, tan peculiar, atravesando el Parque Colón para llegar al Colegio Quisqueya, hoy Santa Clara, a cargo de las monjitas del Cardenal Sancha, más tarde, en el Colegio Serafín de Asís, en la calle Las Mercedes. Ya de mayor, casada y con hijos viví en la 19 de Marzo con Arzobispo Nouel, a una esquina del Conde.

Cómo no amar esa zona, tenerla en el corazón, no olvidarla nunca, pues tanto tiempo dentro de ella, recorrerla durante épocas diferentes, que abarcan la Era de Trujillo, cuando la calle El Conde no era peatonal, el lugar de encuentro de muchos jóvenes, de figureo de aquellos que tenían carros de lujo, como los Cadillac, ir a sus cines y restaurantes. En ese tiempo lucía demasiada hermosa, sobre todo excesivamente limpia, con aires pintorescos y acogedor.

En el Conde se puede apreciar, aunque muy deteriorados, edificios que cuando fueron construidos eran de vanguardia, muy modernos, que se levantaron junto a otros con una arquitectura más antigua y europea, que recuerdan a España. Sus plantas bajas, fueron locales de los principales establecimientos comerciales del país. Hoy día, las tiendas son diferentes, han perdido la elegancia, el brillo de antaño, pues el comercio se ha desplazado a otras áreas.

El sábado pasado, tal y como lo hacemos esporádicamente, mis hijos y yo, decidimos ir a dar un paseo al Conde y recorrerlo hasta la Plaza de España comprobando, una vez más, que la calle el Conde es un horror que visiblemente muestra un rostro deteriorado, lamentable, sobre todo cuando llega la noche, un lugar nauseabundo, lleno de basura, arrabalizado, sucio, deprimente, que oprime el alma y que obliga a jurar a aquellos que lo visitan, no volver a transitarlo jamás. ¡Qué lastima!, pero, no importa, pues ¨gracias a Dios¨, tenemos al Parque de la luces, y el anuncio de la presentación de muchas estrellas internacionales, porque a los pueblos tercermundistas como el nuestro, sus gentes solo necesitan ¨pan y circo¨, los políticos maliciosos, demagogos y maquiavélicos lo saben perfectamente.

 

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