MADRID, España.- El rifirrafe que mantienen Donald Trump y Kim-Jong-un es una especie de circo verbal. Una serie de insultos muy propios de la personalidad escénica de ambos, que se alimentan de estos tipos de exhibiciones necesarias para la megalomanía de ambos.
Mientras el presidente de los Estados Unidos llama al líder de Korea del Norte “Pequeño hombre cohete”, Kim-Jong-un lo califica de “Viejo chocho”, “Viejo decrépito”.
Estos insultos provocan por todas partes cierta hilaridad, aunque no dejan de causar preocupación, pues estos dos personajes, uno mayor de edad, y el otro, demasiado joven, aparentemente no les tiembla el pulso para llevar a cabo cualquier tipo de desastre, tomando en cuenta las palabras de Trump en las Naciones Unidas, escenario que utilizó para amenazar con la destrucción total de Korea del Norte, mientras, que el ministro de asuntos exteriores del país asiático advirtió que esas palabras hacen aun más inevitable que los cohetes norcoreanos sobrevuelen Estados Unidos. El hombre misil asegura que va a domar con fuego al viejo caduco estadounidense.
Un nivel de debate de agravios personales, que ha llevado el conflicto a una máxima tensión, en una exhibición armamentista poco habitual, con prueba balística, misiles intercontinentales, con objetivo llamativos, una muestra de fuerzas, ensayos, un preludio de ataques, una intentona de cada uno de mostrar su poderío armamentista.
Korea del Norte muestra vídeos simulando el bombardeo del Capitolio, de la Casa Blanca y otros objetivos importantes de Estados Unidos, pero, del dicho al hecho, hay un largo trecho, que no creo que el Pequeño Hombre Bomba se atreva, salvo que no sea un suicida, un demente, llevar a su país a confrontar algo similar a lo de Hiroshima y Nagasaki o peor, pues en las últimas décadas el poderío nuclear norteamericano se ha elevado al máximo.
En España, hace un par de días, el Gobierno que preside Mariano Rajoy expulsó al embajador de Korea del Norte, Kim Hyok Chol, no por asuntos personales, sino políticos, por los constantes lanzamientos de misiles, por los ensayos nucleares de Pyongyong.
¡Que desastre!. El mundo en manos de dos excéntricos, que esperamos que al igual que los leones, no sean tan fieros como los pintan.