Emely Tueni 
MADRID, España.– Desde el tiempo de nuestras abuelas, hace ya muchos años, se escuchaba decir que un hombre en una casa siempre era importante aunque fuese cojo o mocho.
La sentencia, normalmente era pronunciada por mujeres que por diversas circunstancias vivian solas, con sensación de inseguridad, y pensaban que la presencia de un varón en el hogar les aseguraba la protección que les faltaba.
Muchas optaban por colocar prendas de vestir masculinas que estuvieran visibles fuera de sus casas, como un aviso a posibles atracadores, violadores, asesinos, de que en ese hogar vivía un hombre, o varios. La creencia continúa presente, pero con soluciones modernas.
Por razones que sería largo de enumerar, hoy más que nunca, en el mundo entero existen mujeres viviendo solas, no importa el lugar donde residan, en Occidente o en Oriente, pero es una realidad que ha sido tomada en cuenta en Japón, donde acaban de crear un proyector llamado: “Novios sombras”, que supuestamente, puede brindar cierta seguridad a más de un millón de féminas, casi todas jóvenes, que viven sin compañía alguna.
El sistema, controlado por un teléfono inteligente, muestra una silueta de un hombre proyectado en las cortinas de la casa, realizando diferentes labores, de forma que cuando la gente miren hacia la casa, le parecerá que hay un hombre dentro.
Las opciones son diferentes e incluyen hasta rutinas íntimas. También muestran a hombres teniendo una conversación mientras caminan por el apartamento, haciendo ejercicios, tareas del hogar; todo esto con el propósito de ahuyentar a los ladrones.
Entre otras peculiaridades, en Japón, cuando las mujeres se sienten solas tienen la opción de contratar novios reales para dar un paseo, o simplemente para presumir de ellos en las redes sociales y entre amistades y familiares.
Mucho modernismo, inventos, liberalismo, y finalmente es triste pensar que mujeres tengan que contratar hombres para presumir de novio, pasear, ir a un restaurante o buscar un proyector de imágenes masculinas para sentirse seguras en sus casas.
Como cambia la vida. Antes, cualquier joven tenía la oportunidad de tener hasta 20 pretendientes que la acompañaran a pasear; ahora tienen que pagar para tener ese placer tan básico, tan natural.
La situación está dura para las mujeres, imagínense que ahora, de cien hombres, por los menos 75 son de mentira…
