Temas difíciles de tratar
La Iglesia durante años ha sido conservadora, siempre aferrada a sus tradiciones, sobre todo a aquellas que han sido tomadas directamente de su libro sagrado, la Santa Biblia.
A los obispos católicos, al igual que al Papa, se les hace difícil los cambios bruscos, sobre todo, aquellos de los cuales no se pueden lograr un gran consenso, como acaba de suceder con los temas de la homosexualidad y el divorcio, en el recién finalizado Sínodo que reunió a obispos de todas parte del mundo en el Vaticano.
Es entendible que ante el aumento de la homosexualidad y de los divorcios, la Iglesia católica, quiera buscar soluciones para personas del colectivo gay y de aquellos que decidieron romper con su pareja casados por la Iglesia, pero, los obispos encuentran grandes murallas que les impiden los cambios, las aceptaciones, sobre todo cuando los temas, como en estos están claros, en la Biblia, principalmente en el Viejo Testamento, que señala que no es lícito que un hombre o una mujer tengan relaciones íntimas con personas de su mismo sexo o con animales.
En cuanto al divorcio, en el Nuevo Testamento es el propio Jesucristo que les indica a sus apóstoles que lo que Dios une, no lo separe el hombre.
Son asuntos muy complicados, porque hay realidades que necesitan repuestas de manera urgente, pero, los obispos como dijo el mismo Papa Francisco, no pueden llegar a conclusiones finales con premura, aunque continuarán tratando de buscar soluciones de dichos temas, en otras reuniones, pues la Iglesia quiere dar la bienvenida a los homosexuales y a los divorciados.
¿De qué forma lo hará? no lo sabemos, pero sí es cierto que los sacerdotes innovadores tuvieron fuertes enfrentamientos con los conservadores.
El Papa Francisco dice que se tiene que tener paciencia y perseverancia con la certeza de que es el Señor, quien da el crecimiento.
Obispos con derecho al voto presentaron propuestas para la acogida a los gais y divorciados, pero no todos los puntos que mostraron fueron aceptados.
Realmente, el Papa Francisco ha tenido que enfrentarse a muchos temas calientes, que son realidades cotidianas, pero que tienen en la Biblia, su principal censura.
Las soluciones no pueden ser tomadas a la ligera, porque tan fuerte es el movimiento liberal, como el excesivamente conservador.