Madrid, España.- Las grandes potencias del mundo tienen en la ventas de armas uno de sus mayores ingresos económicos, y es por esto que aunque de manera hipócrita se muestran pacifistas, en realidad se frotan las manos de alegría cuando se producen guerras sangrientas que ellos mismos planifican y dirigen a control remoto, pues son zonas que ellos necesitan envolver en llamas, por diversas razones.
En la actualidad, si bien es cierto que no tenemos montada una Tercera Guerra Mundial, no es menos cierto que en varios naciones están viviendo momentos sangrientos, con interminables combates que dejan balances de miles de muertos, en su mayoría civiles, amén de las destrucciones de infraestructuras que ha costado años y dinero construirlas.
Los conflictos en el Medio Oriente son agotadores y desastrosos. Llevan años de continuas luchas, y no se observan indicios de un final.
Tenemos a Egipto, Libia, Túnez, que ingenuamente llegaron a celebrar unas ¨Primaveras árabes¨, luego de destituir a sus dictadores Hosni Mubarak, Muamar Gadaffy, y Ben Alì, en lugar de llegar la paz, hoy día viven en medio de revueltas diversas que originan un ambiente tenso que dificultan la cotidianidad de su gente. A su vez, los sirios, tratando de sacar del poder al cruel dictador Bashaar Al. Asad, llevan un par de años con una guerra civil terrible.
Irak, luego, de Saddam Hussein, sigue destruida, al ser invadida por los Estados Unidos. Jamás ha levantado cabeza, Hoy día es un lugar verdaderamente explosivo.
El Líbano, también es escenario de enfrentamientos, amén de que está a punto de reventar, pues ya no aguanta más el alto número de refugiados procedentes de Siria. No tiene un milímetro de tierra más que ofrecerles a los que andan huyendo del infierno sirio.
Palestina, la Franja de Gaza, y Cisjordania, con continuos y crueles enfrentamientos con su invasor Israel está aniquilada.
Mientras los pueblos árabes están en una vorágine de destrucción, desestabilizados, los grandes imperios siguen ganando millones, con las ventas de materiales bélicos, además tienen entre sus manos todo el poder de las riquezas de esas naciones del Oriente Próximo, como el petróleo y el gas natural y. lo más importante, debilitar a esos países, con confrontaciones entre ellos, para que no puedan unirse y defenderse de sus agresores, con el recordatorio de “Divide y vencerás”.