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Boca Chica, un destino

Detalles<BR>Boca Chica, un destino

La playa de Boca Chica, por diferentes razones, siempre fue la preferida de los capitaleños hasta que ese hermoso paraíso terrenal se convirtiera en lo que hoy día muchos llaman como “Sodoma y Gomorra”, entre muchas cosas por el deterioro humano que vive o frecuenta el lugar marcado por la delincuencia, carnavalización y delincuencia.

Generaciones enteras de capitaleños y lugares aledaños disfrutaron durante décadas de esta playa no sólo por su cercanía, sino también por su gran belleza, su suave y fina arena blanca, sus aguas tranquilas que no llevan al sobresalto, como toda piscina natural rodeada de un entorno con un paisaje caribeño encantador, donde familias enteras se reunían en sus pequeñas calles laterales en una especie de picnic donde los espaguetis no faltaban, disfrutando sanamente de toda esta naturaleza, salpicada de pintorescas y simpáticas estampas como las vendedoras de frituras entre estas el “long play”, los yaniqueques.

Boca Chica era un consumo totalmente dominicano, hasta cuando hace unas tres décadas súbitamente se vio invadida de un turismo que en gran parte y, desgraciadamente no ha sido bueno, o al menos, así lo aseguran muchos.

A partir de entonces, las familias buscaron otras playas, más lejanas, no tan hermosas, ni tan seguras para los bañistas, pero que les brindara una mayor tranquilidad, donde la depravación, la delincuencia, las drogas, la trata de menores, prostitución  y mil locuras más no les afectara.

El panorama actual de Boca Chica es diferente, está  desacreditado y, cambiar una serie de males profundos sociales que predominan  es una labor difícil.

Se ha hecho público un proyecto de remozamiento con la construcción de una decena de obras de infraestructura, pero el ministro de Turismo, Francisco Javier García, deberá conjuntamente hacer un plan de saneamiento humano de los usuarios, limpiar a Boca Chica de las crápulas criollas y extranjeras que residen o visitan el lugar, para dejar el campo limpio a las personas decentes que desean disfrutar de una de las playas más bellas del mundo, sin ningún tipo de temor.

 De todas formas, nos alegra ese proyecto para rescatar a la playa de Boca Chica, un lugar de tantos recuerdos para los capitaleños de generaciones atrás.

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