Resulta un chiste decir que los medios de comunicación al informar hechos violentos   fomentan y aumentan en la ciudadanía una percepción de miedo y temor, en lugar de contribuir a una cultura de paz. Resulta, que justo la finalidad primordial de la prensa es informar los hechos y acontecimientos que ocurren  entre ellos los violentos, por más crudos que sean. Pedirles a los medios de comunicación dejar de informar estos actos, o de “auto-regularse”,  es como una petición maliciosa que beneficiaría a aquellos que no les conviene que se informe a la ciudadanía los problemas peligrosos que le afectan.

No me vengan con el argumento de que dar a conocer los actos agresivos que suceden a diario “aumentan en la ciudadanía una percepción de miedo y temor”, como si   la gente es  tonta, muy estúpida, vive en el limbo y  no se da cuenta de nada de lo que ocurre en su país. En la época de Trujillo, cuando la libertad de prensa era toda mala palabra,  en los pocos medios de comunicación existentes se daban a conocer los hechos y acontecimientos que el Jefe quería que se supieran. Sin embargo, todo el mundo estaba enterado de lo que pasaba, como el hecho violento de la muerte de las Mirabal,  los encarcelamientos y torturas, los nombres de la mayoría de los presos, los combatientes, etc.

Sucede que a algunas personas se les olvida que el mayor medio de comunicación del mundo es “Radio bemba”…

Para que la ciudadanía no sienta miedo ni temor, simplemente  las autoridades competentes deben combatir la violencia y trabajar duro y honestamente  para  al menos tratar de disminuirla.  Es al Estado que le corresponde buscar y aplicar  los mecanismos eficaces para  disminuir estos hechos. 

Es su responsabilidad,  pues mientras sucedan hechos delincuenciales, a la prensa no le quedará más remedio que informarlo y prevenir a la ciudadanía de los peligros que la acechan, ejercicio que de ninguna manera debe ser regulado, como quisieran algunos, pues la libertad de prensa es un gran logro alcanzado con muchos sacrificios.