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El calvario de la infanta Cristina

Detalles<BR>El calvario de la infanta Cristina<BR>

 MADRID, España. Hasta hace poco tiempo, la vida de la hija menor del Rey Juan Carlos de Borbón, la infanta Cristina, transcurría apaciblemente, aparentemente sin ningún tipo de problema que pudiera inquietar su plácida existencia de mujer realizada, con un esposo de figura y porte envidiables, reconocido ex deportista, hombre de negocios “pulcros”, con quien procreó cuatro hijos hermosos, “de portadas de revistas”.

 A diferencia de otras princesas europeas, Cristina y su hermana Elena, hasta que se casaron nunca fueron objeto de habladurías, pues el comportamiento de ambas, realmente, siempre fue intachable. Dos mujeres con imágenes públicas excelentes, que más tarde sus  maridos se encargaron de escandalizar con sus respectivos comportamientos pocos ejemplares, que han manchado la dignidad de estas dos mujeres, de comportamientos sencillos,  alejadas de la frivolidad que muestran otras princesas  que tienen hasta competencias de apariencias físicas que las llevan a constantes operaciones estéticas de todo tipo, como cualquier candidata a un concurso de belleza, como es el caso de la misma princesa Letizia, cuñada de Elena y Cristina.

Todo un calvario sufre la infanta Cristina, a quien el sentir popular señala como cómplice en las supuestas actividades corruptas que involucran a su esposo, Iñaqui Urdangarin, pues se alega que ella no era ajena de la sorpresiva y rápida abundancia económica de su marido, quien llegó a comprar una especie de palacio a un costo de seis millones de euros, además de otras propiedades.

 El juicio público, como le llaman, a las manifestaciones, expresiones de un pueblo, condena a Urdangarin e involucra a la infanta,  dejando atrás todo  el respeto y admiración que siempre se le brindó a esta joven de apariencia tímida, con rasgos de buena persona, que de seguro lo es. El caso del ambicioso Urdangarin es abordado por los medios de comunicación de manera dura, a veces hasta con crueldad, al punto de faltarle el respeto  al mismo  Rey Juan Carlos, pero no así a la Reina Sofía, una mujer de gran dignidad, quien pese a los vendavales que han azotado su vida, siempre se ha mantenido íntegra. La Reina Sofía atraviesa momentos muy difíciles. Está en una encrucijada, entre apoyar a su hija Cristina, a sus nietos, o seguir manteniendo una postura de alejamiento con los Urdagarin, para no dañar, más de lo que está,  la imagen de la Familia Real española. Así andan las cosas en esta realeza.

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