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El tigueraje de Berlusconi

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Silvio Berlusconi deberá comparecer el próximo 6 de abril en un tribunal de Milán, acusado de  prostituir a una menor y de abuso de poder,  cargos que no sólo podrían obligarle a dimitir como Primer Ministro de Italia, sino también hacerlo terminar en prisión,  lo que daría una gran lección a un hombre ya viejo, de 74 años, que no se resigna a dejar a un lado su desbordante apetito sexual  que supuestamente satisface manteniendo relaciones con jovencitas y prostitutas de lujo.

Su conducta ha sido considerada escandalosa e indigna por gran parte de la población italiana, principalmente las mujeres, quienes han realizado manifestaciones por toda Italia solicitando la dimisión de  su primer ministro por ser una vergüenza para Italia.

El tigueraje de Berlusconi no sólo se enmarca en lo sexual.

Anteriormente se le había acusado de corrupción y fraude,  imputaciones que le tambalearon políticamente y deterioraron aún más su negativa imagen pública, pues siempre ha mostrado  comportamientos poco respetuosos en relación a su cargo.

Esto lo  puso de manifiesto durante una visita que le hiciera el presidente de Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien humilló públicamente con un desplante y su cinismo verbal, cuando le llamó despectivamente “Santo”, debido a que Zapatero había visitado previamente al Papa Benedicto XVI. Y en otra ocasión se burló del mandatario español, al referirse  a nombramientos  de nueve mujeres a cargos importantes.

Berlusconi dijo en esa ocasión, que el gobierno de Zapatero “es muy rosa”.

Sus enredos de faldas, en los que figura una dominicana de quien supuestamente se alega que Berlusconi, no solo le consiguió un trabajo en la televisora de su propiedad, sino que le regaló una casa valorada en un millón de euros (alrededor de 50 millones de pesos, traducido en dominicano)  son las causas de que su segunda esposa, Verónica Lario, le solicitara el divorcio.

Verónica Lario, una mujer bellísima a quien Berlusconi conoció hace unos 30 años actuando en un teatro, ha sido la más crítica del primer mandatario italiano.

Ella fue quien dio a conocer públicamente las relaciones de su esposo con menores de edad, pese a que ella misma fue su amante hasta que Berlusconi se divorció de su primera esposa,  madre de sus dos hijos.

Se dice que Berlusconi tenía una cuenta especial para financiar sus fiestas fastuosas llamadas “bunga bunga”.

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