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Gasolina cara, pocas salidas

<STRONG>Detalles</STRONG><BR>Gasolina cara, pocas salidas

La llegada de la Semana Santa ha coincidido en nuestro país con nuevos aumentos de la gasolina, incrementos históricos que hicieron pensar a algunos que esta medida limitaría la circulación de vehículos privados, sobre todo en estos días, cuando un buen número de dominicanos aprovecha para desplazarse a vacacionar por diversos lugares de nuestro territorio.

Respecto a este asunto, algunos economistas han manifestado que, además del problema real del alza internacional de los combustibles,  la subida de precio de la gasolina y el gasoil es una disposición para incentivar el ahorro, un plan de austeridad para que los ciudadanos entiendan que aquí  no se produce petróleo y que debemos controlar el uso de sus derivados buscando principalmente la disminución excesiva de la circulación vehicular.

 Sin embargo, todos los indicativos señalan que,  al menos por estos días, una buena parte de la población no está en la disposición de realizar sacrificios económicos que le impidan ir de un lugar a otro, sobre todo porque la ciudadanía no ha percibido claramente mensajes o ejemplos de austeridad real por parte de funcionarios gubernamentales, ahora, enfrascados en luchas de pre candidaturas de su partido, en millonarias campañas políticas.

No es que a la población no le duelan en carne propia los aumentos semanales de los derivados del petróleo, pero está harta de sacrificios, de limitaciones de todas las índoles y se niega a enclaustrarse en cuatro paredes observando el derroche de bienestar y fortuna de los miembros de la mafia política.

De todas maneras, hoy,  Martes Santo,  en Santo Domingo se siente  la reducción del tránsito vehicular, no por el aumento de la gasolina y el gasoil,  sino  por el cierre de los colegios, escuelas, algunas empresas, y los  miles de residentes en la capital que se desplazan tanto al interior del país como al extranjero.

Con la disminución temporal de gente y vehículos, la capital se torna deliciosa, más tranquila, con un aire religioso contagiado por las diversas  actividades y cultos escenificados en  iglesias y templos de denominaciones cristianas, principalmente la iglesia Católica, como recordatorio a la Pasión, Muerte y  Resurrección  de nuestro Señor Jesucristo. En estos cultos,  participan directamente miles de personas.

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