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Humanidad extraña

<STRONG>Detalles<BR></STRONG>Humanidad extraña

La muerte súbita de Michael Jackson y su funeral, han acaparado durante días, y de manera exagerada, la atención mediática del mundo, colocando  temas de interés general como la crisis económica y la gripe A H1N1 en planos inferiores.

Ha sido increíble el despliegue de todos los medios de comunicación  del mundo en torno a todo lo relacionado a la vida y fallecimiento de Jackson, que se caracterizó, no sólo por su indudable talento artístico popular, que  hizo que lo llamaran el Rey del Pop,  sino también por su personalidad misteriosa, rara, extraña, llena de excentricidades con ribetes oscuros.

Entiendo perfectamente el impacto de la muerte repentina de este artista, todo un ídolo de masas que siempre contó con millones de seguidores en todos los confines y cuyas grabaciones y videos han roto récords de venta, pero creo que  la cobertura noticiosa ha sido demasiado abultada y ha  traspasado los límites de la lógica, en relación a otros personalidades fallecidas cuyos aportes a la humanidad, en diferentes área, han sido muy valiosos.

Se ha desatado  una especie de locura o  idolatría mediática y de seguidores, por un personaje del cual,  si bien es cierto que debe separarse  el talento artístico a lo humano, todavía están frescos sus escándalos por abuso sexual a menores.

Incluso, la fiscalía donde fue juzgado lo acusó de “pedófilo en serie”  que se valía de su fama para atraer a niños a su hacienda de Neverland donde los deslumbraba.

Pese a que Michael Jackson fue acusado en varias ocasiones por este asunto aberrante, nunca fue condenado por sus delitos a permanecer en una cárcel, pues el artista llegaba a acuerdo de millones de dólares con los padres de los niños abusados, unos buenos corruptos, quienes usaban a sus hijos de carnada.

En materia de impartir justicia, aquí y donde quiera, nada está claro.  Vamos a recordar el caso de O.J. Simpson, quien realmente asesinó a su esposa Nicole y a un joven, y sin embargo, fue absuelto.

Ahora resulta que Michael Jackson nunca abusó de niño alguno,  y que parte de su dinero fue destinado a obras y entidades de beneficencia. Por donde van las cosas, de repente, el Rey del Pop en vida, fue más santo que la madre Teresa de Calcuta y Juan Pablo II, por mencionar unos pocos, y debe ser canonizado.

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