El Sermón de las Siete Palabras de Jesús Crucificado en Viernes Santo ha sido tradicionalmente aprovechado por la Iglesia católica para denunciar dificultades sociales, políticas y económicas que en momentos determinados, como los actuales, afectan nuestro país.

Este año no fue diferente, la iglesia continuó con su misma línea, pero con la particularidad de que la enumeración de los problemas de nuestro pueblo, actualmente se presentan con una mayor cantidad y notoriedad como consecuencia del alto crecimiento de la corrupción, el narcotráfico y la delincuencia, con modalidades antes no experimentadas por nuestra sociedad, como mafias y sicariatos, amén de la pobreza.

Las arengas de parte de sacerdotes y diáconos empeñados en transmitir a la feligresía las preocupaciones de la Iglesia católica fueron expuestas dentro de un marco de interpretaciones acertadas de la Siete Palabras de Jesús en la Cruz,  como sinónimos referentes a la realidad de los dominicanos.

Los exponentes tocaron diversos puntos, como por ejemplo el padre Frankely Rodríguez, quien censuró a los funcionarios y funcionarias que al llegar a un puesto político no tienen muchos recursos económicos y al poco tiempo se  hacen millonarios con el dinero que le corresponde “a los predilectos de Jesús, los pobres”.

La Sexta Palabra de Jesús, “Todo está consumado”, motivó al sacerdote Gregorio Santana a exponer que muchos dominicanos sufren un verdadero vía crucis de engaños y maltratos de parte de los llamados colmadones.