Es indudable que la escogencia de la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández, como candidata a la vicepresidencia del país ha sumado una gran cantidad de votos a favor de la candidatura presidencial de Danilo Medina; al menos, esto ha quedado reflejado en las últimas encuestas.

Es decir, que la candidatura PLD, de Danilo Medina tiene un antes, sin Margarita y, un después con ella.  No se puede negar que la Primera Dama, tiene dentro de la población una simpatía especial, con buen presupuesto a su favor, o no, Margarita ha realizado un buen trabajo, de tal forma que ha proyectado un liderazgo  que estuvo al punto de llevarla a optar al  cargo de presidente de la República por su partido.

Dentro del marco de este panorama político, Hipólito Mejía ha estado huérfano en su boleta electoral del PRD, de  una gran presencia femenina que impacte,  que le sume el voto de la mujer dominicana cuya presencia actual en la vida nacional es de una relevancia única.

Es posible que Hipólito Mejía, consciente de esta situación,  haya lanzado en el último round de la pelea por la presidencia del país -o  ellas lo decidieron- al ruedo público a sus hijas  Carolina y Lisa, además de sus nueras Nancy y Janet, logrando a través de los medios de comunicación efectos positivos a su favor,  pues estas mujeres están dando un toque especial a la campaña de su padre: traen frescor femenino, sencillez y autenticidad, valores que seguramente su madre, doña Rosa de Mejía, les transmitió.

En cuanto a doña Rosa, ella es una de las ex  primeras damas del país, más queridas. Su humildad está retratada de cuerpo entero en una anécdota muy conocida acerca de una de las ceremonias de los premios Casandra, cuando entraba al Teatro Nacional, le preguntaron cuál diseñador famoso había confeccionado su vestido de esa noche y ella  respondió sin rubor alguno: “Mi modista de Gurabo”.

En  cuanto a sus hijas, ellas tienen garras y buenos argumentos para defender a su “papi”, sobre todo  la que es economista, Carolina Mejía, al parecer tiene madera y temple para desarrollar una carrera política. Personalmente, no conozco a  Margarita Cedeño de Fernández, ni tampoco a las hijas y nueras de Hipólito Mejía, ni me interesa. Esta aclaración la hago simplemente para evitar confusiones.