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No somos culpables

<STRONG>Detalles<BR></STRONG>No somos culpables

Algunos poderes  y figuras internacionales están intentando crear en los dominicanos una especie de complejo de culpa por la pobreza existente en Haití, con la clara intención de que República Dominicana asuma en un mayor grado los problemas del vecino país y -de manera maliciosa- también la unificación de la   isla “Hispaniola” o “La Española”.

Con ese pensar, tejen tramas peligrosas a través de campañas internacionales en contra de nuestra República,  como si los dominicanos fuéramos los causantes de la miseria en Haití, provocada en gran parte por  gobiernos dictatoriales como los de Duvalier, que se llevaron fortunas a Francia, y posteriormente otros regímenes también corruptos e ineptos, cuyas políticas económicas, educativas etc.,  no fueron eficientes para sacar del abismo a su pueblo. A República Dominicana  se le quiere endosar un cargo de conciencia perenne por las dificultades que atraviesa el país más pobre de América Latina. Si esto es así, las naciones más ricas del mundo también deberían asumir directamente la pobreza de  aquellos estados territoriales fronterizos que tienen grandes necesidades, sin embargo no lo hacen.

República Dominicana coopera con el hermano país de diferentes maneras. Más de un  millón de haitianos viven y trabajan aquí, aunque debemos reconocer que muchas veces son explotados,  pero, ese mismo abuso padece una gran mayoría de los trabajadores dominicanos. Es en nuestros hospitales donde muchas  haitianas alumbran recibiendo un tratamiento igual al que se le da a  las dominicanas. También otros ciudadanos de esa nación se benefician de medicamentos gratuitos e incluso hay entidades de salud que se han quejado en el sentido de que sus presupuestos están desbordados por esta situación.

Durante su reciente visita al país, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, sugirió que República Dominicana oferte paquetes turísticos que incluyan a Haití, cuando se sabe que actualmente en esa nación no existe ningún tipo de seguridad para sus propios ciudadanos, ni tampoco, para los visitantes, pues no se puede caminar libremente y  hasta en los mejores hoteles los huéspedes temen por su seguridad personal, amén de que el control de calidad de alimentos  es nulo. La crisis económica mundial ha afectado el turismo en nuestro país e incluso se dice que algunos hoteles podrían dejar de operar durante la temporada baja. Esto significa que no podemos asumir el turismo de otros, cuando el de nosotros  pasa por momentos difíciles.

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