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¡Qué barbaridad!

<STRONG>Detalles<BR></STRONG>¡Qué barbaridad!

El senador de la provincia de Peravia, Wilton Guerrero, se ha convertido en todo un abanderado en la lucha del narcotráfico que azota a Baní,

Este hombre valiente, se ha quejado en repetidas ocasiones, de no haber recibido respaldo suficiente de parte de las autoridades, en cuanto a las denuncias que ha realizado en torno a los acontecimientos ocurridos en la citada ciudad relacionados al tráfico de estupefacientes e incluso ha llegado a decir que en esa región del Sur se vende la droga como si fuera “cualquier producto de la canasta familiar”, es decir, de manera igual que los plátanos, huevos, arroz, aceite y habichuelas.

Pese a que sus acusaciones son graves, nada sucede al respecto, y las investigaciones no se profundizan por la indeferencia existente de solucionar estos asuntos que son muy escabrosos y en  los que normalmente están involucradas muchas gentes de “peso” con poderes de todo tipo dentro de la sociedad dominicana, y de cualquier otra,  que hace que los esclarecimientos de sucesos que tengan que ver con el narcotráfico  sea muy difícil de esclarecer y también peligrosos.

Esta situación se percibe con una mayor claridad cuando el diputado Abraham Martínez frustra una transacción de paquetes de drogas en comunidades de San José de Ocoa, y luego con tristeza afirma que se siente arrepentido de haberlo hecho, pues no ha recibido apoyo alguno de parte de las autoridades, pues ahora siente un gran temor por su vida y la de su familia, amenazado de muerte.

¡Qué barbaridad! Escuchar a un hombre que ha cumplido con su deber ciudadano, incluso poniendo en riesgo su vida, manifestar ahora que está “arrepentido”, de haber llevado a cabo una acción que le enaltece como dominicano.

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