Maestro de la música popular dominicana, creador de sublimes canciones, descubridor de excelentes cantantes, han convertido a Rafael Solano en un artista muy querido, admirado y respetado por más de cinco generaciones de criollos.

Su gran labor artística le ha valido innumerables reconocimientos dentro y fuera del país. El más reciente, el homenaje rendido por las autoridades de Banreservas, en un acto  especial que Rafael Solano agradeció profundamente como ser humano de gran sensibilidad y,  hombre de vasta cultura, no sólo musical, sino general.

Esta figura relevante de la historia musical dominicana se considera como un trabajador incansable en la búsqueda de nuevas composiciones que  recreen el espíritu y a la vez trasciendan, como su gran obra, “Por amor”.

Desde niño, Rafael Solano demostró tener un talento especial para la música, y tuvo la suerte de que prácticamente se crió en la parroquia de su querida Puerto Plata; los curas de esa iglesia le pagaron sus primeras clases de piano luego que le observaran tocar el armonio sin  haber  estudiado música.

Durante largo tiempo continuó sumergido en la Iglesia  hasta su partida hacia la capital en el año 1950 logrando poco tiempo después por decisión propia desmantelar toda.

Su formación como pianista es eminentemente clásica,  pues realizó largos años de estudios en el Conservatorio Nacional de Música.

Este gran artista todavía no se siente  totalmente realizado, pues entiende que ha alcanzado todas sus metas y que ha tenido todo lo deseado, pero que él tiene mucha música en su cabeza esperando por el tiempo y el reposo necesarios para escribirla.

Rafael Solano también ha sido uno de los grandes maestros de la televisión dominicana. Durante años produjo exitosos espacios televisivos y durante décadas fue figura importante en programas que fueron número uno en la TV nacional. Solano ha sido  un maestro ejemplar dentro de la composición musical además de serlo en el área de la televisión, y es un excelente articulista.