Hoy 
Desde los tiempos más antiguos, muchos hombres se han involucrado sexualmente y procreado hijos con miembros de la servidumbre de su casa.
Este tipo de relaciones no es nada nuevo. Recordamos la historia, entre muchas otras, del personaje bíblico, Abraham, quien engendró su primogénito, Ismael, con la esclava egipcia de su esposa Sara, quien era estéril y vieja.
El primer libro de la Biblia, Génesis, narra que fue la propia Sara quien le sugirió a Abraham acostarse con su sirvienta Agar para que él tuviera descendencia, sin sospechar que un tiempo después, por orden divina, ella misma quedaría embarazada y alumbraría a su hijo Isaac.
Entonces se acrecienta la guerra de rivalidades y celos entre estas dos mujeres, que obliga a Abraham, a despachar a su sirvienta Agar y a su hijo Ismael.
Independientemente del sentido divino-religioso de esta historia, hechos similares han seguido sucediendo durante siglos, continua y anónima o públicamente, como el caso reciente del actor Arnold Schwarzenegger, cuya esposa, María Shriver, -a diferencia del hecho bíblico-, ni es vieja, ni estéril, ni tampoco lo mandó a acostarse con su empleada doméstica.
El escándalo sexual de Schwarzenegger no es tanto porque el actor austríaco haya tenido un hijo con un miembro de su servidumbre; la indignación pública radica más bien en la doble vida que llevó con la doméstica de mayor confianza de su esposa, a quien mantuvo embarazada y durante muchos años, dentro de la misma casa de su cónyuge junto a sus hijos.
Schwarzenegger, un promiscuo pervertido, hijo de un nazi, frío como un témpano de hielo, ocultó su relación secreta, que podría llevarle a prisión, pues ahora se investiga hasta de dónde provinieron los 270 mil dólares que él aportó para la compra de la casa de su amante.
Se dice que la sobrina del ex presidente John F. Kennedy, inocentemente, le hacía regalos caros a la amante de su marido, una traidora y poco leal empleada que de seguro se acostaba con Schwarzenegger en la misma cama de ella. Ambas estaban embarazadas al mismo tiempo.
