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Una peligrosa impopularidad

<P>Detalles<BR>Una peligrosa impopularidad</P>

MADRID, ESPAÑA. Los últimos sondeos realizados en torno al Rey Juan Carlos de Borbón arrojan una peligrosa impopularidad, que se acrecienta cada día más,  inquietando  a una Casa Real agobiada de tantos frentes abiertos en torno a la figura de varios de sus integrantes como la infanta Cristiana, que ha sido imputada por supuestamente estar implicada en el caso Nòos, por el cual su marido podría incluso llegar a ser condenado con pena de cárcel.

Todavía resuenan en los oídos de los españoles aquellas palabras del Rey Juan Carlos, en su mensaje de Navidad, la Nochebuena del 2012: “Cualquier actuación censurable de personas con responsabilidades públicas debe ser juzgado y sancionado con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos”, Palabras, como decimos los dominicanos, “de la boca para afuera”, pues en estos momentos, es seguro que el Rey quisiera que fuera todo lo contrario y que la justicia española tuviera un tratamiento especial para su hija Cristina a quien no quiere ver escandalosamente como una civil más, en un tribunal como imputada, siendo interrogada, con las consecuentes declaraciones.

Es normal, es su padre y, al igual que otros movería cielo y tierra para tratar de evitarle ese mal trago a una hija, sobre todo, a la Infanta Cristina, quien siempre ha mostrado ser una buena persona, sencilla y alejada de escándalos. Más que la implicación de su yerno, Iñaqui Urdangarin y, ahora su hija Cristina, lo que más ha dañado la imagen del Rey Juan Carlos ha sido su participación en una cacería de elefantes, justo cuando los españoles pasan una gran crisis económica, además de su  supuesta vinculación amorosa con una también supuesta princesa alemana de nombre Corinna Zu Sayn.

En medio de suposiciones, la Reina Sofía, quien últimamente luce muy triste,  junto al príncipe Felipe gozan de una alta estima.

 En este país se habla públicamente que el rey Juan Carlos debería abdicar a favor de su hijo Felipe, como actualmente sucede en algunas otras monarquías de Europa. Pero el Rey Juan Carlos, quien tiene 75 años no se cansa de repetir que él goza de buena salud,  y otros argumentos más, lo que indica, que  no está dispuesto, al menos en estos momentos,  pasar a un lugar secundario en la monarquía española.

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