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Una referencia importante

<STRONG>Detalles<BR></STRONG>Una referencia importante

Al aceptar su designación como vicepresidente ejecutivo de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales, el economista industrial Celso Marranzini Pérez ha decidido voluntariamente cargar con un fardo muy pesado, que lo mantendrá en medio de una vorágine de presionas, sobre todo, en el ojo del huracán de la opinión pública, y de una ciudadanía  que espera que haga milagros  y pueda resolver definitivamente los problemas de la CDEEE.

Muchos tienen esperanza con esta designación, aunque entiendan que Marranzini se ha metido en un hoyo oscuro,  del que muchos dudan que pueda salir airoso, pero, si tomamos de referencia a su madre, una de las mujeres dominicanas más meritorias, doña Mary Pérez de Marranzini, al menos podemos confiar en  que la gestión de Marranzini será decente, honrada, de gran servicio y compromiso con el pueblo.

Indudablemente, su madre es una referencia importante, pues ella fundó hace unas cuatro décadas, en principio con fondos propios, nada más y nada menos que la Asociación Dominicana de Rehabilitación. La ADR es una de las instituciones de salud sin fines de lucro mejor organizadas en el país, además es una de las que en diversos aspectos, más ayuda brinda a los dominicanos, pues proporciona todos los servicios adecuados de rehabilitación para la atención integral a personas con discapacidad física e intelectual a través de terapias físicas, terapias del lenguaje, educación especial dirigida a niños con retardo mental y dificultad en el aprendizaje etc. La ADR ofrece una gran ayuda técnica con las prótesis,  férulas, plantillas, muletas, sillas de ruedas.

Doña Mary, como se le llama, ha recibido innumerables reconocimientos nacionales e internacionales por su gran labor durante cuatro décadas en la ADR. Muchos recuerdan aquellos años, cuando la poliomielitis azotaba nuestro país, y ella, junto con  uno de los médicos pediatras dominicanos de sentimientos más  nobles, el doctor Emil Kasse Acta, ayudó  a erradicar casi por completo la polio en todo el territorio nacional, suministrando vacunas para prevenir la enfermedad que dejó  discapacitados físicamente de por vida a muchos.

Ahora su hijo Celso  se enfrenta a un gran reto, que es resolver los problemas energéticos del país, unos líos tan grandes que a cualquiera pueden “quemar”.

Ojalá que en medio de la oscuridad de la CDEEE, Dios ilumine a Celso y le dé la “luz” necesaria para resolver las tinieblas de esa institución.

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