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Una capilla para Najayo

<STRONG>Detalle<BR></STRONG>Una capilla para Najayo

María Peralta, conocida por  muchos como Mamá Chicha, es una mujer que lleva décadas involucrada en asistir a los presos más necesitados que sufren condenas en cárceles del país, específicamente en la de Najayo.

Ha canalizado su vocación de servicio por los más olvidados y marginados de la sociedad  a través de su ministerio penitenciario de Najayo, donde actualmente construye una capilla con capacidad para unas cuatrocientas cincuenta personas con el propósito de que los reclusos en ese lugar puedan tener un contacto más directo con Dios, participando en misas, charlas, retiros espirituales y otros servicios religiosos católicos.

Su interés en la creación de esta capilla le viene como una inspiración divina luego de años de contacto directo con reclusos a quienes ella, y gente de su ministerio, han servido constantemente no sólo  llevándoles la palabra de Dios,  sino también alimentos, medicinas y ropa. Antes de la construcción del actual dispensario de salud de ese centro penitenciario, el ministerio de Mamá Chicha  tenía a su disposición  tres celdas donde instaló lo que se llamó “el hospitalito”, que sirvió durante un largo tiempo de gran ayuda a los reclusas enfermos. En la actualidad apenas tiene una celda para realizar los servicios de su ministerio.

Doña Chicha cree firmemente que cualquier preso – no importa la magnitud de su delito- puede modificar su conducta impropia ante la sociedad a través del conocimiento de la palabra de Dios.

Ella tiene grabados en su corazón muchos testimonios de ex presidiarios que luego de cumplir condena le agradecen constantemente a su ministerio el haber cambiado su vida y motivado a no delinquir más.

Conocer estos testimonios la hicieron concebir la idea de construir una capilla donde permanentemente los presos tengan un espacio en el que buscar a diario  un contacto más directo con Dios.

La construcción de la capilla se inició en diciembre pasado y gracias a la generosidad de buenas personas está muy adelantada, pero todavía faltan muchas fundas de cemento y las puertas para terminar. Los lectores que deseen ayudar a finalizar esta obra que se convertirá en un lugar especial para encaminar a los presos de Najayo por los senderos del cristianismo, pueden llamar al su celular 809 360 8812.

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