Conor Vincent D’Monte, conocido como Johnny Williams en Puerto Rico, era el supuesto líder de una banda violenta buscado por las autoridades canadienses por acusaciones que incluyen asesinato en primer grado.
Por DÁNICA COTO
La semana pasada, los celulares comenzaron a sonar mientras los miembros de un grupo privado de WhatsApp dedicado a ayudar a otros en Puerto Rico miraban a sus pantallas con incredulidad. El hombre de negocios que conocían como administrador de ese chat y como alguien que organizaba acciones benéficas como la recogida de juguetes para los niños necesitados en Navidad o renovaciones en una escuela de primaria acababa de ser arrestado.
Conor Vincent D’Monte, conocido como Johnny Williams en Puerto Rico, era el supuesto líder de una banda violenta buscado por las autoridades canadienses por acusaciones que incluyen asesinato en primer grado. Era un prófugo desde hacía más de una década.
“Esto es como una historia de Netflix”, señaló Antonio Torres, jefe adjunto del cuerpo de alguaciles de Estados Unidos para el distrito de Puerto Rico.
Las autoridades no saben exactamente cuando llegó D’Monte, de 44 años, a Puerto Rico, pero creen que había estado usando el alias de “Johnny Williams” en la isla durante al menos varios meses. El fugitivo, de 1,85 metros de altura, se asentó en una comunidad rural del este de la isla, cerca de la selva de El Yunque, donde vivía en una casa en una calle sin nombre de un barrio de clase trabajadora, apuntó Torres.
Todos los meses, D’Monte acompañaba a los empleados de una organización sin ánimo de lucro conocida como Karma Honey Project y acudía a un mercado agrícola en una ciudad próxima, Carolina, explicó una mujer que vivía en la misma comunidad que él y tenía un puesto al lado del suyo, que declinó dar su nombre por miedo.
Sopresa
“Nadie sabía nada“, dijo señalando que siempre le llamó la atención su comportamiento tranquilo. “Nos sorprendió”. D’Monte sigue en la prisión federal de Puerto Rico a la espera del proceso de extradición. Su abogada de oficio declinó realizar comentarios, pero en una vista judicial el jueves señaló que D’Monte, quien tiene ciudadanía canadiense e irlandesa, solicitó que los consulados de ambos países fuesen notificados. Quienes conocían a D’Monte dijeron que nunca hizo ningún esfuerzo por esconderse.
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Llegó a reunirse incluso con el secretario de Agricultura de la isla y con un senador local, y el mes pasado fue invitado a la mansión del gobernador por su papel en el intento de salvar a las abejas luego del huracán María, parte de su trabajo en Karma Honey Project, una empresa sin ánimo de lucro creada en febrero de 2019. Su presidenta, Candice Galek, es una empresaria de Miami y exmodelo.
Ni Galek ni la compañía respondieron a los mensajes pidiendo comentarios. En su reporte anual de 2020, el más reciente disponible, la compañía declaró que su volumen de negocio no excedía los tres millones de dólares. En su balance no figuraban activos ni pasivos, según los documentos del Registro de Corporaciones y Entidades puertorriqueño. “El tipo nos cogió de pendejos“, dijo un empresario boricua que pidió que no se utilizase su nombre por miedo. Según contó, conoció a D’Monte en los primeros días de la pandemia tras ser incluido en su grupo de WhatsApp, y éste era conocido como “Johnny Dientes”, porque su dentadura era muy blanca y recta. El empresario describió a D’Monte como un “tremendo vendedor“ muy jovial.
“Me curioseaba que no tuviese Facebook ni nada de esas cosas porque era tan hábil en el networking”, agregó señalando que D’Monte lo llamó una vez para pedirle prestado un martillo ya que estaba ayudando a reparar una escuela. Cuando trabajaba en la colecta de juguetes navideña, D’Monte envió un mensaje al grupo advirtiendo de que les faltaban 500 regalos y que estaba buscando donaciones, apuntando que los precios en el almacén del distribuidor habían subido un 40%: “Nos tomó con la guardia baja. Ya lo solucionaremos.
El universo conspira“, escribió, añadiendo tres emoticonos de estrella distintos. El motivo por el que D’Monte eligió Puerto Rico, o si conocía a alguien en el territorio estadounidense, no está claro. Está acusado del asesinato de un miembro de una pandilla rival en un centro comercial de Vancouver en febrero de 2009, en un momento en que esa parte de la Columbia Británica vivía uno de los peores brotes de violencia de bandas de su historia, según un comunicado de la policía. D’Monte está acusado también de planear el asesinato de dos presuntos miembros de una banda rival, conocidos como los Bacon Brothers, según la Real Policía Montada de Canadá.
La pandilla a la que pertenece D’Monte, Naciones Unidas, está considerada una de las más poderosas de la región y es conocida por exportar una de las variantes de marihuana más populares en el territorio continental estadounidense: la B.C. bud. En su apogeo, el grupo contaba con un estimado de 200 miembros, que suelen tener tatuajes de tigres, dragones y caracteres chinos.
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Además, importa armas de fuego y otras drogas, incluyendo cocaína, lo que le reporta millones de dólares anuales, dijo Keiron McConnell, experto en justicia penal y profesor en la Universidad Politécnica Kwantlen en Surrey, en la Columbia Británica.
“Cualquiera que piense que el sr. D’Monte era un vendedor callejero, no podría estar más lejos de la verdad“, afirmó en una entrevista telefónica.
“El sr. D’Monte era un individuo bastante sofisticado“. McConnella apuntó que es muy inusual que un prófugo esté huido por tanto tiempo como D’Monte y que se integre con éxito a una comunidad. D’Monte, quien según la policía ha viajado a España y Asia y está relacionado con un cártel de la droga en México, fue visto por última vez en la zona de Vancouver en enero de 2011.
Después de eso, desapareció hasta su reaparición en Puerto Rico más de una década después. Según Torres, los fugitivos de alto perfil suelen asumir el perfil de una persona muy rica porque tienen los medios para ello.
“Llamarán la atención, pro no levantarán sospechas. Simplemente, actúan como un hombre de negocios“, contó.
Tres semanas antes de que los agentes federales arrestaran a D’Monte, Torres dijo que su agencia había recopilado por fin información suficiente para identificar al fugitivo, añadiendo que nunca recibieron pista alguna. El 25 de febrero, cuando conducía por el popular distrito turístico de Isla Verde, los agentes le cortaron el paso. “Se hizo el sorprendido“, señaló Torres agregando que no se resistió a la detención. D’Monte estaba solo, a excepción de la 9mm que tenía al lado.