Cambita Garabitos. San Cristóbal
En medio de serias dificultades reciben clases al menos 400 niños y adolescentes en cinco escuelas pertenecientes a la Regional 04 del Ministerio de Educación, debido principalmente a que las nuevas edificaciones que se construyen tienen años paralizadas y reciben docencia en locales alquilados que además están deteriorados.
Los alumnos forman parte de las escuelas de Boca de la Toma, 27 de Febrero, Pozo Prieto, Zorra Buena y el Centro Educativo Mercedes Muñoz.
En la Escuela Básica de Boca de la Toma 60 niños entre 5, 6 y 11 años, tienen que cruzar un arroyo para llegar, por lo que confrontan muchas dificultades, según cuenta Bienvenido Solano Martínez, su director.
En el primer período del presidente Danilo Medina se inició la construcción de un nuevo plantel escolar para albergar en un espacio adecuado a los estudiantes, pero los trabajos se quedaron en el movimiento de tierra y el inicio un pabellón, la verja perimetral y otras infraestructuras ahora arropadas por malezas.
Pero hay casos peores. La directora de la Escuela Primaria 27 de Febrero, Isabel Gómez, explicó que lleva casi 24 años esperando que el Ministerio de Educación le construya una escuela adecuada a los estudiantes de la comunidad.
“Yo me voy en cuatro años y quiero que antes de yo irme se le construya una escuela moderna a esa comunidad, una escuela definitiva, nos hemos mudado más de cinco veces en estos años y ahora estamos aquí en este local alquilado y usted puede ver las condiciones”, refirió.
El local al que se refiere la educadora es una caseta de madera y zinc, sin instalaciones eléctricas ni sanitarias.
Desde el año 2015, cuando se inició la construcción de una nueva escuela, el Ministerio de Educación paga 1,500 pesos mensuales de alquiler para garantizar que los 54 niños, del nivel inicial hasta el quinto grado, reciban docencia.
Otros casos. La Escuela Primaria Zorra Buena, en Najayo Arriba, funciona desde hace más de 30 años en un local prestado por la comunidad, que fue construido como refugio para los damnificados del ciclón David, en 1979.
Por el deterioro progresivo del local, que además cuenta con un solo baño para estudiantes y docentes, se ha reducido la matrícula pues en el año escolar 2018-2019 había 65 alumnos, y en este año lectivo bajó a 51.
Ramón García, presidente de la junta de vecinos de Zorra Buena, explicó que la comunidad ha hecho diligencias en todas las instancias del Gobierno para que se construya una nueva escuela que permita el ingreso de más estudiantes.
García dijo que esa escuela fue construida por la comunidad en el año 1955; era una débil estructura de madera y palma que fue destruida por el ciclón David.
El dirigente comunitario aseguró que después de ese fenómeno natural los residentes en este poblado no han dejado de luchar en aras de que se construya una escuela moderna.
Señaló que hasta ahora sus esfuerzos han sido infructuosos, pero que no pierden la esperanza ya que hay gente que está dispuesta a vender, donar o ceder los terrenos para facilitar la construcción de una nueva escuela.
En la Escuela Básica de Pozo Prieto, en Najayo Arriba, 87 estudiantes reciben clases en condiciones infrahumanas en un local construido con materiales sobrantes de los entregados a los damnificados del huracán Georges, en 1998.
En tanto que la directora del Centro Educativo Mercedes Muñoz, Fanny Abad, indicó que los 210 estudiantes del nivel secundario enfrentan múltiples dificultades a pesar de estar en el modelo de Jornada Escolar Extendida.
Sin embargo consideró que, cuando esté listo el nuevo plantel de diez aulas, la población estudiantil podía aumentar.
Las demoras
Se espera la terminación del Politécnico Mercedes Muñoz y del Liceo Profesor Juan Bosch. El último está ubicado en el distrito municipal Hatillo.
Sin respuesta
Desde el año pasado este diario da seguimiento particular a las escuelas en construcción en San Cristóbal, porque son las que registran más demoras.
Entusiasmo de alumnos
Pese a las dificultades los estudiantes de estas localidades acuden con entusiasmo a clases. Enfrentan la estrechez de las aulas, el calor y hasta transitar por caminos peligrosos. Los profesores no pierdan la esperanza de enseñar en mejores condiciones.