Detienen al exportavoz de Gadafi cerca de Bani Walid, ciudad asediada

Detienen al exportavoz de Gadafi cerca de Bani Walid, ciudad asediada

TRïPOLI, AFP. Las autoridades libias anunciaron este sábado la detención de uno de los últimos secuaces de Muamar Gadafi, su portavoz Musa Ibrahim, exactamente un año después de la muerte del dictador.  

Al tiempo que el ex portavoz era detenido, nueve personas morían en combates en Bani Walid (oeste), uno de los últimos bastiones gadafistas.   «Detención de Musa Ibrahim por las fuerzas pertenecientes al gobierno libio de transición en un retén de Tarhuna», una ciudad a unos 50 kilómetros al sureste de la capital Trípoli, dijo el gobierno en un breve comunicado enviado a los periodistas.  

Musa Ibrahim va camino de Trípoli, «donde será entregado a las autoridades competentes para comenzar su interrogatorio».  El vice primer ministro Mustafá Abu Shagur confirmó la detención de Ibrahim en su cuenta de Twitter.

«El criminal Musa Ibrahim fue detenido y se dirige a Trípoli», precisó.   Desde la mañana habían circulado rumores sobre la detención de Ibrahim y de otras dos personalidades del régimen derrocado cuando intentaban huir de la ciudad de Bani Walid, en el sureste de Trípoli, asediada por las fuerzas progubernamentales desde hace más de dos semanas.  

La detención de Ibrahim coincide con el primer aniversario de la muerte de Muamar Gadafi, el 20 de octubre de 2011, tras una revolución iniciada a mitad de febrero de ese año que pronto se convirtió en conflicto armado.

Horas antes del anuncio, las autoridades advirtieron por boca del presidente del parlamento, Mohamed al Megaryef, que «la liberación del país no se ha completado en ciertas regiones».  

En un discurso difundido en la noche del viernes al sábado, Megaryef hizo un balance sombrío del período post Gadafi, constatando «retrasos y negligencia» en la formación de un ejército y una policía nacional y en el control de armas. También lamentó la no integración de los ex rebeldes en las instituciones estatales.  

El jefe de la Asamblea Nacional libia constató también un retraso en la reforma de la justicia y en la reconciliación nacional.  

El funcionario afirmó que la situación ha permitido que «vestigios del ex régimen en el interior del país se infiltren en los órganos del estado y conspiren con quienes están fuera del país contra la revolución y su dirigencia legítima».  

Este sábado, nueve personas murieron y 122 resultaron heridas en los combates entre las fuerzas gubernamentales libias y grupos armados en Bani Walid, según una fuente médica.  

«El hospital recibió nueve personas muertas y 122 heridos» en los combates, declaró un responsable del establecimiento en Misrata, ciudad cercana a Bani Walid, donde reciben tratamiento los combatientes.  

Durante la semana, unas quince personas habían muerto ya en los bombardeos de los ex rebeldes que operan por cuenta del ejército libio en Bani Walid. Para justificar la operación militar contra Bani Walid, uno de los últimos bastiones gadafistas, Megaryef afirmó que esta ciudad se había «convertido en un refugio para un gran número de mercenarios y de forajidos hostiles a la revolución». 

«Esto no es una guerra de exterminio ni de limpieza étnica, como pretenden algunos de forma equivocada, sino una campaña para restablecer la legitimidad, la seguridad y la estabilidad», añadió.  

Salem al Uaer, jefe militar del mayor grupo armado de Bani Walid, afirmó previamente que el gobierno «autorizó a las milicias a exterminar la ciudad», y pidió a la ONU y a las potencias occidentales que protejan a los civiles de esa localidad. 

«Desde esta mañana, Bani Walid es blanco de violentos bombardeos. La situación humanitaria es muy mala», afirmó el comandante en declaraciones a la AFP. El portavoz del jefe del Estado Mayor dijo que sus fuerzas habían avanzado hacia el centro de la ciudad. 

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