LONDRES (AFP).- Tom Stephens, detenido ayer, lunes, como sospechoso del asesinato de cinco prostitutas en Ipswich (este de Inglaterra), es un solitario de 37 años que dice ser “amigo” y “protector” de las meretrices.

El hombre, descrito por sus vecinos como “raro”, fue arrestado en su casa del pueblo de Trimley, a pocos kilómetros al sureste de Ipswich, a las 07H20 locales. Fuentes cercanas a la investigación confirmaron su identidad, que en un principio se había mantenido confidencial.

“Soy amigo de todas las chicas (…) y no tengo coartada”, declaró Stephens en una larga entrevista publicada el domingo por el diario The Sunday Mirror en la que defiende su inocencia.

El hombre, de barba y bigote rubios, precisó que la policía británica fue a registrar su domicilio el 22 de noviembre, cuando por el momento habían desaparecido dos de las cinco víctimas. Fue interrogado hasta en cuatro ocasiones y también registraron su vehículo. En la entrevista, el sospechoso reconoce que el perfil de persona buscada por la policía se le “parece”.

“Un hombre blanco de entre 25 y 40 años, que conoce bien la zona, con horarios extraños. Los cuerpos fueron descubiertos cerca de mi casa (…) pero yo sé que soy inocente”, defendió.

Stephens nació en Ipswich y creció en la zona. Dejó los estudios tras acabar la educación secundaria y comenzó a trabajar en 1997 como empleado de un supermercado de la cadena británica Tesco, según explica en su página personal de internet en el sitio MySpace.

Describe a las cinco víctimas (Gemma Adams, Tania Nicol, Anneli Alderton, Paula Clennell y Annette Nicholls) como “las cinco prostitutas más guapas de Ipswich”. En la entrevista habla de las jóvenes con gran emoción, hasta el punto de detenerse a llorar en varias ocasiones, según el Sunday Mirror, y se describe como su “amigo” y “protector”. “Las chicas tenían tanta confianza en mí que hubiera podido” hacerles lo que fuera, subraya.

El sospechoso, que reconoce llevar una vida solitaria, explica que comenzó a frecuentar las prostitutas de Ipswich hace 18 meses tras divorciarse de su mujer, con la que estuvo ocho años casado y no tuvo hijos.

“En teoría, debería ser (considerado como) guapo, pero hay algo en mí que no gusta a las mujeres”, responde al periodista cuando le pregunta por qué no tiene novia. En su página personal se presenta bajo el apodo de “obispo”, como un soltero “heterosexual” que busca “relaciones serias” o amigos.

En la entrevista, Stephens repite en varias ocasiones que viene de “buena familia”, hasta el punto de que algunos le encuentran “snob”.