La decisión de encaminar esfuerzos para convertir a Monte Plata en sede de los Juegos Nacionales surgió de una conversación entre Fausto Severino, Isaac Ogando y el autor de esta columna a finales del 1993.
Hicimos partícipe de esta determinación a Carmen Leyda Mora, a la sazón diputada por el partido de Gobierno, el Reformista Social Cristiano, cuyo líder, el doctor Joaquín Balaguer, era el presidente de la República.
Surgió, entonces, la primera declaración pública, atribuida a Carmen Leyda y bajo nuestra firma, mediante la cual se solicitaba al presidente Balaguer que asignara a Monte Plata la sede de la versión 13 de los Juegos Nacionales. Más adelante se formó un comité Pro-Juegos Nacionales, presidido por Severino e integrado por Ogando, Carmen, el entonces senador Ramón Alburquerque, el gobernador Rafael Vásquez (fallecido) y quien suscribe.
El 13 de abril de 1994, el presidente Balaguer, durante una visita a Bayaguana, instruye al secretario de Deportes de entonces, Elías Wessin Chávez, para que anuncie al país su decisión de otorgar a Monte Plata la sede de los Juegos Nacionales. El evento fue celebrado 12 años después y ello marcó el antes y el después de la hoy llamada provincia Esmeralda y Olímpica del país.
Queremos contribuir con mejorar la imagen de los Juegos Nacionales, en el sentido de que se hacen grandes inversiones en instalaciones que, luego, se convierten en elefantes blancos. De ahí es que promovemos la Copa de Boxeo Ruddy Zapata, que ya alcanzó tope internacional y la Copa Esmeralda de Boxeo.