En su primera participación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, (Barranquilla, Colombia, 1946), la República Dominicana conquistó cuatro medallas de oro.

De esa cantidad, una la aportó el equipo de voleibol femenino, mientras que las otras tres correspondieron a igual número de boxeadores: José Mercedes Abreu (Kid Oché), Raimundo Abréu (El Zurdo) y Roberto “Capitán” Peña.
La actuación del voleibol le valió para que la casi totalidad de las muchachas que integraron el plantel nacional hoy sean inmortales del deporte dominicano.
Sorprende, sin embargo, que ninguno de los tres púgiles que se adjudicaron el oro de sus categorías ni siquiera haya sido ponderado para su exaltación al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, que en la actualidad preside don Dionisio Guzmán. Eso no es justo y resulta sencillamente increíble.
Algo similar sucedió con los miembros de la selección nacional que se alzó con la medalla de oro en Centro Basket 77 en Panamá, cuyos miembros, con la excepción de Héctor Báez, ya han sido inmortalizados.
Se entiende que igual decisión debió adoptarse con el equipo de boxeo que dio a la República Dominicana su primera medalla olímpica, en Los Angeles 84. Sin embargo, no fue así y Pedro Julio Nolasco, quien conquistó la histórica medalla de bronce, fue exaltado después de su trágico fallecimiento. Además de Nolasco, formaron parte de la selección que participó en Los Angeles Manuel Herrera, Angel Beltré y Abraham Mieses.