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Solo el que no conoce el historial deportivo de Félix Díaz puede cuestionar su calidad pugilística.

Reitero que el solo hecho de participar en los Juegos Olímpicos coloca a cualquier atleta, de cualquier deporte, en una élite  integrada por lo mejor de lo mejor. Quien lo dude solo tiene que preguntarle a cualquier atleta sobre su meta y la respuesta la conozco: competir en unos Juegos Olímpicos”.

En el caso de Díaz revise su historial y se encontrará con que cumplió no una sino dos veces el ciclo olímpico, eso es que participó en dos Juegos Olímpicos, dos Panamericanos y dos Centroamericanos y del Caribe.  A ello añádale  dos campeonatos mundiales.

En su haber se incluye un oro Centroamericano y del Caribe, un bronce Panamericano  y un oro olímpico.  Sin embargo, su actuación es mucho mejor de ahí.  Todos recordamos la forma en que le arrebataron una victoria en los Panamericanos de Brasil frente al púgil cubano Inocente Fritz, de quien supuestamente, perdió por un punto en una decisión que fue ampliamente repudiada por el público, incluso, por los mismos cables servidos por las diferentes agencias internacionales de prensa que daban cuenta de que el dominicano siempre llevó la iniciativa, igualito a como ocurrió en los Juegos Olímpicos.

De haberle reconocido este triunfo, Díaz habría quitado del camino el principal obstáculo de cara al oro panamericano.

Pero algo similar ocurrió en el Mundial de Chicago, primer clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Beijing, donde estuve presente,  y observé la facilidad con la que Félix obtuvo dos victorias, ambas por amplísimo margen, incluida una en apenas dos asaltos y cuando enfrentado a un boxeador japonés, Masatsugu Kawachi,  por la clasificación, después de darle una paliza, los jueces registraron un triunfo, también por un punto,  (15-14), a favor del rival del dominicano. 

El público también repudió la decisión.