POR MARIO MENDEZ
La deuda externa e interna del gobierno y el Banco Central, ya ejecutada, alcanza los 12,631 millones de dólares, y podría subir a 12,938.2 millones de dólares, si es aprobada la emisión de bonos por 8,900 millones de pesos, pendiente de conocimiento por parte del Congreso Nacional.

Se trata de un nivel de deuda altamente preocupante, para un país que había mantenido históricamente un bajo nivel de endeudamiento.

Esta deuda ejecutada representa cerca de un 50 por ciento del Producto Interno Bruto del país, nivel más alto que el de muchos países de la región, que tienen niveles de deuda ejecutada o desembolsada que no alcanzan el 40 por ciento del PIB.

Sólo la deuda externa pública desembolsada ya alcanza los 7,200 millones de dólares, según han informado funcionarios del gobierno.

En adición, el presidente Fernández reveló en su discurso ante la asamblea nacional el pasado domingo que su gobierno heredó una deuda interna superior a los 25 mil millones de pesos, de la cual ha pagado unos 2,400 millones de pesos, por lo cual restaría una deuda de unos 22,600 millones de pesos.

A una tasa de 29 pesos por dólar, esa deuda representa unos 779.3 millones de dólares.

A eso se agrega que el gobierno ha concertado financiamientos con la banca comercial por unos 150 millones de dólares para enfrentar urgencias en el sector eléctrico.

La otra gran deuda es la del Banco Central, que es una deuda del gobierno central, si se aplica la ley monetaria y financiera.

La deuda del Banco Central, a través de los bonos, ya alcanza los 130 mil millones de pesos, que a una tasa de 29 pesos por dólar, asciende a 4,482 millones de dólares.

Esta deuda más que se ha duplicado, como resultado de una combinación de apreciación del tipo de cambio y de aumento del «stop», producto de la colocación de nuevos certificados del Banco Central. En agosto pasado era de 2,043 millones de dólares, pues el nivel de los certificados colocados alcanzaba entonces los 94,000 millones de pesos, a una tasa de 46 pesos por dólar.

El aumento registrado en la deuda asumida por el Banco Central hace más difícil la solución al problema de los certificados.

Ante la imposibilidad de que esa deuda pueda ser eliminada sólo con la venta de activos del Estado y transferencias del gobierno al Banco Central, se había planteado la posibilidad de concertar un financiamiento externo.

Pero la duplicación de esa deuda, en términos de dólares, hace más difícil enfrentar el problema porque el nivel de endeudamiento que se requeriría sería muy alto.

El gobierno había planteado la posibilidad de que inversionistas españoles invirtieran en bonos en dólares colocados por el Banco Central, para ir desmontando esa deuda; pero según ha trascendido, esto no pudo materializarse ya que los inversionistas exigían una tasa de interés fija, lo cual no es compatible con el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En pocos años, la República Dominicana, que era un país con una deuda externa baja y en su mayor parte concesionaria, ha pasado a tener un nivel de deuda preocupante, con el agravante de que ha cambiado su estructura y ahora es mayoritariamente comercial, no concesionaria.

Esto obliga a una política de endeudamiento prudente y cuidadosa, que salvo casos excepciones, sólo permita la contratación de nuevos préstamos cuando estén destinados a financiar actividades que puedan generar los dólares para el repago de la deuda y sean compatibles con los acuerdos internacionales suscritos por el país.