HOUSTON, Texas.- El drama de la explotación y abuso de los boxeadores como personas alcanzó su mayor grado con los últimos datos contables relacionados con el ex campeón del mundo Mike Tyson, que debe 39 millones de dólares.
Tyson, que recibió la buena noticia de que está todo listo para que su ex promotor Don King llegue a un acuerdo y le pague 14 millones de dólares si retira la demanda que le tiene puesta por 100, no pudo disfrutarla porque de inmediato le recordaron la deuda y que ese dinero nunca lo verá.
Su destino será el Servicio de Rentas Internas de Estados Unidos (IRS) y su ex esposa Monica, a la que le debe varias decenas de millones de dólares.
Mientras tanto, sus abogados han presentado un plan de bancarrota ante un juzgado federal en Nueva York en el que se establece que Tyson hará al menos siete peleas durante los próximos tres años.
El calendario de combates que puede realizar el ex campeón del mundo es algo más que cuestionado después que en los últimos tres años sólo ha peleado dos veces y ocho asaltos.
La primera pelea será la del próximo 30 de julio contra el desconocido Danny Williams, en Louisville (Kentucky), y que le dejará una bolsa de varios millones de dólares, que le ayuden a seguir pagando las deudas.
Tyson, que vuelve a los cuadriláteros después de 17 meses de ausencia, tendrá que no sólo conseguir la victoria ante el británico Williams, sino hacerlo de manera contundente y por la vía del fuera de combate.
De lo contrario sus aspiraciones de hacer la siguiente contra Antonio Tarver o Lamon Brewster por el título de los pesos pesados, versión Organización Mundial de Boxeo, quedaría descartada.
Shelly Finkel, el manejador de Tyson, reconoció que el ex campeón del mundo quiere iniciar una nueva etapa tanto en su vida personal como profesional.
«Desea poner el pasado en el olvido y cree que puede volver a ser campeón del mundo», declaró Finkel. «De lograrlo sería una gran historia para contar».
Sin embargo, la verdadera historia que se conoce hasta ahora es que Tyson, que pasó más de tres años en la cárcel, se ha gastado 300 millones de dólares desde que llegó al boxeo.
Tyson, de 38 años, ahora le toca vivir en una pequeña casa que tiene en Phoenix (Arizona), donde se entrena, mientras que las dos grandes mansiones que posee en Las Vegas están ya puestas a la venta y con el dinero que se logre servirá para cumplir con las numerosas deudas que tiene y que debe hacer frente por el proceso de bancarrota.
El nuevo plan de reestructurar la bancarrota de Tyson todavía no ha sido aprobado por el juez y de eso dependerá que también se lleve adelante el acuerdo económico con King.
El polémico promotor, si el juez acepta el acuerdo, pagará ocho millones de dólares de inmediato, con una segunda entrega de otros tres en enero del 2005 y la tercera y última por la misma cantidad en enero del 2006.
Sin embargo, Tyson había puesto la esperanza en una cantidad mayor de dinero de la demanda por 100 millones de dólares para dejar cerrado el capítulo de sus deudas.
Sus abogados tenían confianza de haber logrado más dinero, pero para eso el propio Tyson podría haber sido testigo para defender sus intereses y King le superaría ante un jurado como siempre ha hecho cada vez que ha estado en un juicio.
Pero los que conocen la manera como actúa y trabajo King, lo que puede haber detrás de todo es la gran posibilidad de que Tyson vuelva a estar bajo el control del polémico promotor.
Tyson, que había dicho que nunca más iba a volver a pelear bajo la dirección de King, la pasada semana en una entrevista ya cambió y comento que no descartaba tal posibilidad.
El ex campeón del mundo se encuentra en una delicada situación económica, especialmente por los 18 millones de dólares que debe al fisco y los nueve a su ex esposa Monica.
Las dos deudas tienen que ser cubiertas por ley, mientras que otros 10 millones de dólares que debe a otros acreedores no están asegurados.
Ante este panorama fiscal y económico, el deportivo tampoco está claro para Tyson, que a sus 38 años, para muchos está ya acabado.