¿Devaluación o controles de capital?

¿Devaluación o controles de capital?

Las proyecciones de las cuentas externas de la economía dominicana para los próximos doce meses, predicen que va haber una expansión del desequilibrio de la balanza comercial. Resalta la contracción de las exportaciones (turismo) y la reducción, pero menor, de las importaciones (petróleo más barato). El aumento del déficit en cuenta corriente, al desplazar la demanda externa por producción interna, reforzará la caída del producto por los demás efectos de los choques de demanda y, en menor medida, de oferta, que experimenta la economía por el coronavirus.
El impacto económico negativo también se propaga como el virus. Debido a la interdependencia entre productores y consumidores, al impacto inicial recesivo sobre el ingreso nacional de la caída de la demanda (consumo, inversión y exportaciones), le siguen sucesivas ondas de reducción del consumo y del ingreso, por el llamado multiplicador de Kahn-Keynes.
Ningún economista niega la necesidad de que las medidas de política fiscal y monetaria para enfrentar la crisis deben ser anticíclicas, es decir expansivas para contrarrestar la caída del nivel de la actividad económica y el aumento del desempleo. Hoy todos son keynesianos.
Pero más aún, en esta situación de emergencia el Gobierno debe usar la emisión monetaria, en lugar de endeudamiento externo vía bonos soberanos, para financiar el déficit de las cuentas públicas. Es una opción más barata y menos riesgosa para el país.
Siendo así, inevitablemente habrá mayor demanda de dólares y presión al alza del tipo de cambio. Hay indicios aún ahora de expectativas de devaluación: una depreciación anual del precio del dólar que es actualmente de 6.8% comparada con 4.6% del año pasado. También la posición de los bancos a reducir su exposición en dólares; ante el aumento de los depósitos en dólares en marzo a una tasa anual de 15.4%, redujeron sus préstamos en dólares (activos riesgosos) en 11.4 por ciento. Por último, a pesar de la reducción de la tasa de interés de política monetaria en los últimos doce meses, las tasas de interés de los bancos no han cedido a la baja buscada por el Banco Central. ¿Cuál razón podría ser si no que el mercado no cree en el diferencial de tasa de interés que quiere el Banco Central? El diferencial de tasa de interés determina los flujos de capital de corto plazo, y consiste en la diferencia entre la tasa de interés interna y la tasa de interés internacional más el margen soberano (riesgo país) y la depreciación esperada.
El Banco Central tiene un nivel adecuado de reservas internacionales, de hecho las incrementó en 2,000 millones respecto al 2019, lo cual le permite mantener la estabilidad cambiaria en el muy corto plazo. Sin embargo, la situación dista mucho de la normalidad y la experiencia internacional muestra que ante la complejidad e incertidumbre de la situación, los agentes privados con alta riqueza y un componente importante de la misma en activos financieros, más temprano que tarde recurren a la especulación. Las razones son la protección del valor de sus activos, pero también la búsqueda de ganancias especulativas. Esa corrida hacia las divisas se vuelca en los mercados cambiario y financiero. Primero, dolarizan los activos para atesorarlos y luego, si persiste la incertidumbre, sacan sus capitales del país.
El Banco Central no cuenta con las reservas internacionales para detener la devaluación que generaría una salida mayor de capitales. Esto transformaría la crisis actual de un choque de demanda a una crisis financiera; con una espiral devaluación, inflación, crisis bancaria.
Por esa razón, proponemos la introducción temporal de control de capitales, antes de que sea demasiado tarde. Esto reforzaría la confianza de los tenedores privados de la deuda dominicana en moneda extranjera. Una medida de ese tipo hay que implementarla en coordinación con el Fondo Monetario Internacional, para que también apoye con liquidez al Banco Central sin imponer la condicionalidad con políticas pro cíclicas.