El misterioso misterio de las moñas de hormigón en varias calles de Santo Domingo, principalmente en avenidas tan importantes como la Winston Churchill, acaba de ser develado.

Las moñas de cemento, algunas de hasta 30 centímetros de altura y más de un metro de diámetro –las hay de más de dos metros de largo – han ocasionado muchos accidentes, tanto entre motociclistas, ciclistas como entre conductores de automóviles, aparte de las roturas de piezas y el consecuente desvencijamiento. Y esto, sin incluir el susto que se pasa cuando de buenas a primeras, en una avenida que se supone lisa, usted se encarama de mala manera sobre una minimontaña de hormigón.

Pues hasta hace dos o tres días, las moñas de hormigón eran un misterio tal que ninguna de las instituciones investigadoras del país había determinado su origen. Es más, la KGB, la CIA, la SURETE, la SHIN BET y ex agentes de la GESTAPO, habían estado tras las pistas de las misteriosas moñas de cemento, pero infructuosamente.

Hace unos días, mientras vaciaban hormigón desde la Avenida Independencia a las primeras columnas y vigas del parqueo que se construye en el área del Palacio de Bellas Artes, pudimos localizar la causa de las moñas. Simplemente, los camiones hormigoneros dejan caer hormigón en el pavimento, y cuando terminan se largan por donde vinieron, algo acostumbrado en casi todas las compañías hormigoneras, con excepción de CEMEX, en quienes vimos que las limpiaban con agua corriente.