RAFAEL MOLINA MORILLO
Bien hicieron los que instituyeron la celebración del Día de los Padres, como réplica de un Día de las Madres que cada año reúne a madres e hijos, con demostraciones de amor y gratitud difíciles de encontrar en otras conmemoraciones.
La responsabilidad de ser padre -que muchas veces es llevada sobre los hombros por mujeres que hacen el papel de mamá y papá- conlleva sacrificios ysatisfacciones, pero sobre todo obliga a todo el que se respete, a observar una conducta transparente que sirva de ejemplo a los hijos y demás descendencias.
En estos tiempos, a dos amenazas muy serias debe huirle el padre responsale, so pena de enviarle a los más jóvenes un mensaje totalmente negativo: la primera amenaza es la de resbalar y caer en la corrupción; y la segunda, ampararse en la impunidad que se obtiene a través de amigos incluyentes, de gente que se vende y se compra.
Corrupción e impunidad: he ahí a los enemigos. El mejor regalo para los padres en su día, podría ser inculcarles la firme convicción de que el buen accionar paga más y mejor que la marrulla.
¡Felicidades, papás del mundo!