Día de los trabajadores

Día de los trabajadores

El Día Internacional del Trabajo nos inspira para reflexionar sobre la necesidad que tienen los trabajadores dominicanos de que reivindicaciones como la seguridad social alcancen plenitud de aplicación en beneficio de ellos y sus familiares.

La fecha nos motiva para abogar nuevamente porque se establezcan programas que fomenten la preparación del trabajador en las disciplinas que las nuevas tecnologías y esquemas de mercado han impuesto de manera global. Es un día propicio para pedir que haya una indexación salarial justa y realista, que le garantice a la población un poder adquisitivo digno y suficiente.

Los nuevos esquemas de la industria y el comercio, como parte de la  globalización de la economía, obligan a rediseñar los patrones de preparación de personal. Las novedades de la economía contemporánea no se corresponden con el atraso que acusa la formación de recursos humanos.

Los medios de preparación no se han multiplicado al ritmo de la demanda de personal calificado y ese es un aspecto que naciones como la nuestra, de economía altamente dependiente, deben tener muy presente para poder fomentar una verdadera competitividad de nuestras industrias en todos los mercados. La meta de acreditar marcas/país en el mercado internacional impone que mejoremos nuestra preparación, y no lo estamos haciendo al ritmo que imponen los tiempos.

El crimen y su cruento mensaje

Unos criminales que previamente habían asaltado a mano armada a un hombre para despojarlo de un celular y prendas, en su escapada mataron a tiros a los esposos Maribel Taveras Jiménez y Juan Antonio Cruz Lebrón, a quienes intentaron despojar de su vehículo. Eso ocurrió en Los Mina y no es un hecho aislado, sino una expresión más de la tendencia sanguinaria de los antisociales de nuestro medio.

Por más que se quiera minimizar la estadística de criminalidad predominante, la realidad es que en términos de seguridad pública andamos muy desprotegidos. Hace unos días, un hombre que siete horas antes había salido de la cárcel, a la que ingresó acusado de robo, fue muerto junto a otro por una patrulla policial que los sorprendió robando en una casa de cambio. Los antivalores han incubado la sed de matar. Por un lado en los delincuentes y por el otro en los policías que los exterminan. Está muy en boga el lenguaje de las balas.

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