Día de Reyes: ilusión y sacrificios en barrios DN

Día de Reyes: ilusión y sacrificios en barrios DN

En barrios carenciados del Distrito Nacional como La Ciénega y Capotillo, la víspera del Día de Reyes fue vivida entre la ilusión de los niños y la lucha, angustia y cruda realidad de los padres, quienes no tienen los recursos suficientes para vestirse de Reyes Magos en este 2025.

Los niños de diferentes edades, llenos de sueños y esperanzas, expresaron ayer sus deseos de encontrarse la mañana de hoy con regalos como pelotas, bicicletas, patinetas, carros a control remotos, muñecas, entre otros juguetes.

“Yo espero una bicicleta (…), yo quisiera recibirlo en verdad”, expresó Hander, mientras se le iluminaba el rostro de ilusión.

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De su lado, el hermano mayor de Hander, Víctor Manuel, dijo que quiere una pelota de basketball, mientras recordó haberle pedido lo mismo el año pasado a los Reyes Magos.

Sin embargo, a pesar de la ilusión de recibir sus juguetes soñados, muchos demostraron ser conscientes de las limitaciones económicas de sus familias y mostraron resignación ante la posibilidad de que este año le esperen sorpresas al despertar.

En La Ciénaga, tal es el caso de los niños Luis Carlos y José Miguel, ambos de 12 años de edad, así como Raimely, de 11 años y Frandy de 9, quienes aseguraron que no tienen expectativas respecto al Día de Reyes, debido a la situación económica en la que se encuentran sus padres.

A pesar de esto, la creatividad e iniciativa se hicieron presentes en ese grupo de amigos, quienes desde tempranas horas de la mañana se dispusieron a “diligenciar sus propios Reyes Magos”. Con maleta en mano, los cuatro se dedicaron a recolectar plásticos, con el objetivo de canjearlos por juguetes en la promoción organizada por la Alcaldía del Distrito Nacional.

“Nuestros papás no tienen cuarto para comprarnos reyes, por eso estamos buscando potes para ir mañana a cambiarlos por reyes, porque nuestros papás no están trabajando ahora”, explicó Luis Carlos, cargado de optimismo y confiado en su plan.

Con entusiasmo y dispuestos a apoyarse unos a otros en la misión de salvar ellos mismos su Día de Reyes, Luis Carlos comentó, mientras se abrazaban entre todos: “No somos familia, pero nosotros nos queremos toditos como hermanos y por eso nos juntamos a buscar plástico”.

Por otro lado, en Capotillo, padres señalaron que “la cosa está difícil” y expresaron su preocupación de no poder comprar ningún juguete especial para sus pequeños.

“Todo está caro. ¿Qué vamos a hacer?, está difícil la cosa”, se lamentó Elizabeth Batista, mientras observaba juguetes en una tienda improvisada a orillas de la calle.

De igual manera, María Isabel de la Cruz opinó que para estos tiempos, la verdadera tradición del Día de Reyes se ha perdido un poco y se quejó de que ya los niños no suelen pedir juegos tradicionales, sino, que se interesan más por aparatos electrónicos como celulares, tablets y videojuegos.

A pesar de las dificultades, hay quienes se visten de resiliencia y, como María Núñez, se niegan a que la situación económica arruine la tradición: “Mi nieto me pidió que le llevara un carro a control remoto y yo hago lo que sea para llevárselo, yo hago el lío que sea para verlo feliz”.