El próximo martes es el Día del Estudiante, fecha anual que se conmemora en varios países; aunque la efeméride exacta en que se observa difiere en cada país, en el caso particular de la República Dominicana es celebrado el 18 febrero, y esta festividad suele estar relacionada con la juventud y la primavera.
Todo resulta por el 17 de noviembre de 1939, donde un grupo de jóvenes checoslovacos, decididos a liberar a su tierra natal del yugo hitleriano, protagonizaron una heroica resistencia en las calles de Praga, la capital de ese país.
Y en un pestañar de ojos, ya había recorrido por todo el mundo esta noticia de los sucesos ocurridos en Checoslovaquia, por lo cual el 17 de noviembre, en memoria del valiente gesto, el Consejo Estudiantil Internacional que más tarde se convirtió en la Unión Internacional de Estudiantes (UIE) declaró esa fecha como Día Internacional del Estudiante, efeméride que se celebra en más de 114 naciones, convirtiéndose en un símbolo que inspiró el accionar del estudiantado en todo el mundo, en un día de solidaridad con la lucha contra el fascismo, por la libertad, la democracia, el proceso social y la paz.
¿Será coincidencia que en casi todos los países la conmemoración de esta fecha caiga justo con la llegada de la primavera? Pues yo creo que más una “diosidencia”, ya que es la época idónea de reconocer que con los estudiantes se vigoriza la esperanza de que tengamos un país mejor, ese que todos y todas merecemos.
Es muy común aquí para ese día, que veamos al Ministerio de Educación encabezando los actos oficiales en torno a estas efemérides. De esta manera, se realizan desfiles, izamientos especiales de la bandera y el ministro de Educación de turno suele ofrecer declaraciones dirigidas a todo el estudiantado dominicano, motivando a la reflexión y a promover el hábito de aprender.
Para mí, no hay nada más bonito que ser estudiante, es una de las etapas más agraciadas de la vida que abarca alegría, esperanza, renovación y sobre todo, la certeza de que se puede destinar un mejor futuro, porque en ellos están puestas las expectativas del país y, una mejor familia que siempre se mantenga unida.
Debemos enfocarnos en mantenernos siempre incentivando y motivando a nuestros estudiantes, haciéndolos conscientes de que son el relevo de los padres y madres de esta generación, y que en sus manos tienen la posibilidad de que llegado el momento se les deposite la confianza para asumir nuevos retos en su nación, pero sólo si saben prepararse para ello, viviendo con sabiduría y responsabilidad.
Existe sobre ellos un inmenso compromiso del que hay que concientizarles, pero enseñándoles a ir paso a paso y sabiendo identificar lo que se debe reflejar, aprender y monitorear en cada etapa, porque lo pueden ver como un todo, pero si lo descomponen en partes pueden ir enfrentando cada obstáculo de ese camino largo que los llevará al éxito profesional.
Por ello, tanto las escuelas como los colegios deben realizar actividades alusivas a esta celebración, marchas, dinámicas culturales, juegos instructivos y retos académicos que giren en torno a esta fecha tan importante para el mundo.
Es un día muy especial para todos aquellos niños y jóvenes que están forjando su futuro, intentando trasmitirles el ímpetu constante de proactividad, entrega y dedicación, para que logren alcanzar así un futuro más prospero para ellos, sus familias y sociedad. ¡Pasen un muy Feliz y merecido Día del Estudiante!