Día del Libro,  fiesta con nuevas formas de lectura

Día del Libro,  fiesta con nuevas formas de lectura

Desde 1995, cada 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro, una fecha que instauró la Unesco y que conmemora la muerte de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, en 1616. Así, esta fecha en la que se entrega el premio Cervantes, el galardón más importante de las letras hispánicas, se convierte en una fiesta de la lectura que hoy traspasa la tradicional manera de entender el libro.

Las nuevas formas de lectura han superado al libro convencional en la llamada era digital, con el libro electrónico, el Ipad, las bibliotecas digitales o los móviles de tercera generación, donde también se puede.

Pero no solo el libro parece que ha superado la era Gutenberg, sino que también la propia lectura ha salido de su tradicional recogimiento entre las paredes de salones, bibliotecas y hogares y ha roto fronteras para buscar futuros lectores en los lugares y rincones del mundo más insólitos.

Novedades.  Otras formas de leer que llegan a lugares aislados, como el conocido “Biblioburro”, la biblioteca rural viajera, que nació en Gloria, Colombia, a lomos de dos burritos: Alfa y Beto, conducidos por Luis Soriano Bohorquéz, un joven profesor amante de la lectura, que lleva por las aldeas apartadas su biblioteca itinerante con cuentos, libros y toda clase de materiales didácticos para estos niños de las veredas.

Nuevas modalidades.  Unas bibliotecas que en temporada de verano también salen a la calle con programas como “Bibliotecas al sol” o “Lectura al fresco”, con las “biblioplayas” o “bibliopiscinas”.

Los bebés también han alcanzado protagonismo en ese sentido, con la denominadas “bebetecas” o con “Libros desde el primer día”, experiencias que se están llevando a cabo en lugares como España o Argentina y que consiste en poner a disposición de los niños, textos y volúmenes que los peques puedan manejar.

Bookcrossing, compartir libros.  Pero la actividad más novedosa en torno al libro en la ciudad es el llamado “bookcrossing”, el movimiento global para liberar y compartir libros, que no conoce fronteras. Una forma emocionante de lectura que consiste en compartir un libro que te ha gustado con el resto del mundo. Una experiencia en la que también, si se quiere, interviene la Internet, la red de comunicación  ha cambiado el mundo, para registrarse en un página, una vez que se haya leído el libro.

El lector puede compartir su experiencia con alguien dejando el libro en un parque,  o en cualquier punto al azar donde haya alguna persona que pueda recogerlo.

En la red.  Cambios en el fondo y forma de entender la lectura que también han alcanzado a determinados autores que han decidido cambiar de soporte e incluso utilizar nuevas formas de narrar.

En este sentido, tienen principal protagonismo los  “blogs”, o cuadernos de bitácora en los que escritores, periodistas, o todo el que lo desee, puede escribir y actualizar los textos y artículos de forma diaria.

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