Día del Médico: fantasía y realidad

Día del Médico: fantasía y realidad

Una vez los médicos acordaron celebrar su día consultándose en forma alternada los años pares y  nones, de tal forma que en un año non, como el actual, la mitad de los médicos atendían a sus colegas y la otra mitad se realizaba evaluaciones clínicas.

Eso garantizaba que, por lo menos cada dos años, los habitualmente descuidados médicos, tuviesen una consulta minuciosa, con análisis y  estudios de gabinete incluidos y las festividades conmemorativas del día del médico incluían un disfrute adicional para los que “no les salió nada malo”. El hecho es que no había consulta para más nadie salvo casos de estricta y comprobada emergencia.

Es proverbial que los médicos son los peores pacientes; se ponen tensos y el nerviosismo les hace comportarse como niños; se complican con más facilidad que los demás pacientes y un día de consulta exclusiva para médicos sería una jornada muy pesada para sus colegas. 

No recordaba que era el día del médico y fui a realizarme análisis, un electro y un eco cardiogramas.

Tuve que esperar largos turnos porque muchos médicos estaban chequeándose en su día, tal vez como reflejo del instinto de conservación porque el día anterior, víctima de un infarto cardíaco, sepultaron a la doctora Gisela Milian, esposa del doctor Fidel Mejía, dos profesionales destacados de nuestro país.

Todos sabemos que los médicos ponen muy poca atención a su propio estado de salud (“En casa del herrero….”) y sería un logro convertir en realidad el cuento de chequeos anuales, aunque sea en su aniversario, convenciéndolos de que no son súper-héroes, sino verdaderos y vulnerables seres humanos y que también pueden morir.

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