Cada 11 de febrero celebramos, por mandato de las Naciones Unidas desde 2015, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, fecha idónea para homenajear y recordar a todas esas mujeres que, cada una en su época, enfrentaron dificultades inimaginables para desarrollar la actividad que amaban y que tan importante resultaron ser para la humanidad. Hoy en día muchas mujeres tienen inconvenientes para ser reconocidas por sus aportes y más aún se les utiliza para que otros se apropien de su trabajo y sus esfuerzos.
En este mundo machista, solo el 28% de los investigadores son mujeres y aunque en las naciones desarrolladas entran a las aulas de carreras científicas un buen número de mujeres se enfrentan a los estereotipos sociales que les cierran el paso. En nuestros países la situación es aún peor porque las vicisitudes sociales hacen enfocar a las adolescentes en carreras en las que piensan les brindarán un medio de vida.
A nivel global la situación es crítica. Si analizamos a las mujeres que han recibido un Nobel tenemos que en Física, desde 1901 y hasta 2018, se han entregado 210 Premios pero a mujeres solo 3, la última el pasado año; en Química únicamente lo han recibido 5 mujeres de un total 181 medallas entregadas y en Medicina se les ha otorgado 217 y de ellos solo 12 mujeres. Significa un 1.4%, el 2.8% y Medicina 5.5% respectivamente. Siempre ha habido muchas más mujeres propuestas pero no reconocidas por la institución Nobel. En Economía han sido reconocidas 81 personas pero solo una mujer, 1.2%. La historia recoge muchos casos de científicas que habiendo hecho un gran aporte han visto sus méritos “absorbidos” por otros.
Si usted pide que le mencionen a una mujer científica destacada la inmensa mayoría le va a mencionar a Marie Curie, ganadora de dos Nobel, en Física y Química, la única en 118 años de entrega de premios que lo ha logrado en dos categorías científicas diferentes. Es muestra de la importancia de hacer conocer en los adolescentes los referentes de mujeres exitosas en el campo de las ciencias para mostrar que las mujeres si pueden. Una hija de Marie Curie, Irene, recibió un Nobel de Química años más tarde, sin dudas su inspiración fue su madre. Mostrar y resaltar ejemplos exitosos es esencial para motivar a las nuevas generaciones.

En todas los épocas, en los diferentes puntos del planeta, la motivación y la valoración del estudio de las ciencias debe ser tema priorizado, aun aquellos que no saben que es ciencia se benefician de los logros en la misma. La mujer sí es capaz de ser científica destacada. En todas las esferas de la vida la ciencia está presente aunque no reconozcamos esta realidad, su importancia y priorización es vital. Es imprescindible abrirle espacios a la participación de las mujeres.

Nuestro homenaje y reconocimiento a las dominicanas que desde un laboratorio o un aula hacen su aporte al desarrollo de la ciencia nacional.