Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Pulmón: los tratamientos más adecuados

Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Pulmón: los tratamientos más adecuados

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Cada 17 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Pulmón, una enfermedad que puede llegar a ser mortal, afectando tanto a hombres como a mujeres en todo el mundo.

De ahí la importancia de su prevención evitando los posibles factores de riesgo como el tabaco, el alcohol y otras sustancias nocivas para la salud.

A nivel mundial, el cáncer de pulmón es el segundo tipo de cáncer más frecuente con 2,2 millones de nuevos casos durante 2020. Además, representa la principal causa de muerte por cáncer en hombres y mujeres. La incidencia varía de acuerdo a las diferentes regiones. En América Latina, Argentina se ubica dentro de los países con más alta incidencia de cáncer de pulmón, con unos 26 casos cada 100.000 habitantes. Sin embargo, esta incidencia resulta inferior comparada con lo que sucede en Norteamérica, Europa o Asia, donde se registran entre 40 a 47 nuevos casos al año cada 100.000 habitantes.

El segmento poblacional más afectado es el de los mayores de 50 años. A nivel global, el cáncer de pulmón es el doble de frecuente en hombres que en mujeres. Sin embargo, resulta interesante remarcar que, en los últimos 40 años, se ha visto una incidencia creciente de cáncer de pulmón en mujeres, relacionado principalmente con el aumento del hábito tabáquico en esta población.

Según el tamaño y apariencia de las células malignas que lo comprenden, se clasifica en dos grandes grupos: el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) y los de células pequeñas (CPCP). A su vez, particularmente los CPCNP, se clasifican en diferentes subtipos en función de la clase de células donde el cáncer comienza y de las diferentes alteraciones genéticas que presenta. Esto hace que el cáncer de pulmón no sea una sola enfermedad, sino un grupo heterogéneo y variado de diferentes enfermedades con tratamientos variados y específicos.

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“En la mayoría de las personas con cáncer de pulmón, el diagnóstico se hace cuando el tumor crece, ocupa espacio o comienza a causar problemas en partes del cuerpo cercanas a los pulmones. Debido a esto, se pueden experimentar síntomas característicos y por los cuales se debe consultar al médico, incluyendo fatiga, tos persistente, tos con sangre, falta de aire, dolor en el tórax, disminución abrupta de peso y disfonía. Sin embargo, frecuentemente, los pacientes pueden no presentar ningún síntoma”, explica el doctor Diego Enrico (MN 144531) Médico Oncólogo del Área de Tumores de Tórax de Instituto Alexander Fleming (IAF).

En aquellos pacientes que presentan síntomas, la enfermedad se puede descubrir realizando estudios de imágenes como la radiografía de tórax o la tomografía, útiles para detectar alguna anomalía o lesión sospechosa en los pulmones. En contraposición, las personas que no presentan síntomas, habitualmente se encuentra la enfermedad al realizar estos mismos estudios de rutina por otros motivos, como por ejemplo por una enfermedad cardíaca.

Causas y consecuencias

Está ampliamente demostrado científicamente que el hábito de fumar es el principal factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de pulmón. Entre el 80% y el 90% de los cánceres de pulmón se dan en fumadores o en personas que hayan dejado de fumar recientemente. “Los fumadores tienen un riesgo entre 10 y 30 veces mayor de desarrollar cáncer de pulmón que los no fumadores y este riesgo aumenta proporcionalmente acorde a la cantidad de cigarrillos fumados por día y a la cantidad de años de exposición, ya que la dosis de cancerígenos es acumulativa”, detalló el doctor Enrico. Fumar puros, habanos o pipas también aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. Por otro lado, la exposición regular al humo de cigarrillos, puros o pipas que fuman otras personas -los denominados fumadores pasivos- también causa cáncer de pulmón.

El médico agregó que “existen otras exposiciones ambientales que aumentan el riesgo de esta enfermedad, tal como la exposición a altas concentraciones de ciertos gases como el radón y otras sustancias químicas o humos de combustión en el trabajo o en el medio ambiente. Y la predisposición genética también puede explicar los casos de cáncer de pulmón en pacientes que nunca hayan fumado”.

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La supervivencia en cáncer pulmonar se asocia al estadio en el que es diagnosticado. En los estadios iniciales operables es posible curar el cáncer de pulmón. “En el último año, además de contar con quimioterapia postoperatoria, nuevos fármacos como terapias dirigidas e inmunoterapia han demostrado que es posible curar cada vez más pacientes que pueden acceder a cirugía”, explicó el doctor Claudio Martin (MN MN 82958), jefe de Oncología Toracica del IAF.

En los tumores no operables, pero que se encuentran en el tórax, las combinación de quimioterapia más radioterapia más inmunoterapia también han demostrado que cada vez más cantidad de pacientes pueden ser curados.

¿Qué sucede con los pacientes que ya tienen metástasis? “Si bien en estos casos la posibilidad de curarlos es más remota, el advenimiento de la terapia de precisión y la inmunoterapia junto con la quimioterapia han permitido transformar la enfermedad en crónica en un gran número de pacientes”, explicó el Martin.

Tratamientos adecuados

Las opciones de tratamiento para el CPCNP dependen principalmente de la etapa (extensión) del cáncer. Otros factores, tales como la salud general del paciente y la función pulmonar, así como ciertas características del cáncer en sí, también son importantes. Los tratamientos varían, pero pueden incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia y terapia farmacológica dirigida.

Dependiendo del tipo de tumor, en el caso de los tumores de células pequeñas (CPCP) la cirugía tiene una acción limitada principalmente al diagnóstico y en casos particulares de manera consensuada se podrá realizar algún tipo de resección pulmonar, mientras que en el caso de los tumores no células pequeñas (CPCNP) -que son los más frecuentes-, dependerá del estadio tumoral, es decir, del tiempo de evolución y la extensión, si es local o metástasis.

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La detección temprana del cáncer de pulmón en los estadios tempranos se logra gracias a los estudios de rutina de pacientes con factores de riesgo. “En los estadios tempranos se recomienda la cirugía como primera intención, y en aquellos que la enfermedad se encuentra extendida se deberá decidir dentro de un equipo multidisciplinario de expertos la terapéutica más adecuada: quimioterapia seguida de cirugía o viceversa, quimio-radioterapia definitiva o inmunoterapia”, detalló el doctor Adolfo Rosales (MN93731), Jefe del Servicio de Cirugía Toracica del IAF.

“Actualmente, existen técnicas de invasión mínima (videotoracoscopicas) por medio de las cuales es posible realizar cualquier tipo de resección pulmonar con una mínima agresión quirúrgica para el paciente, disminuyendo el dolor postoperatorio, los días de internación y una reinserción más sencilla a la vida diaria habitual”, remarcó el doctor Martin quien agrega que, “en los últimos años ha habido notables avances en el tratamiento del cáncer de pulmón que han permitido en muchos casos cronificar la enfermedad”.

En cuanto a las terapias de precisión, el especialista señaló que “en más de la mitad de los tumores de pulmón de histología adenocarcinoma podemos detectar un cambio genético que produce el tumor y tratarlo con una terapia dirigida contra ese cambio molecular”.

“Nuevas tecnologías nos permiten evaluar múltiples de estos cambios genéticos para los cuales ya disponemos de terapias dirigidas, con medicaciones orales que tiene una mayor eficacia que la quimioterapia y menor toxicidad y que permiten achicar los tumores con más frecuencia y cronificar la enfermedad”, dijo.

Respecto de las inmunoterapias, el doctor Martin precisó que “básicamente, se trata de fármacos que, en lugar de destruir células tumorales como lo hace la quimioterapia, levantan los escudos que estas células tienen para defenderse de las defensas del organismo y permiten que estas mismas defensas destruyen células tumores. Se administran de forma endovenosa, son en general bien tolerados y que han permitido que algunos pacientes presenten control de su enfermedad tumoral por años. Aún no somos totalmente eficaces en detectar cuáles son esos pacientes pero en IAF estamos desarrollando estudios básicos para poder saber qué pacientes se beneficiarán con estos fármacos”, detalló.

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Cáncer y COVID-19

“La principal complicación que presentó la pandemia radicó en la falta de seguimiento y atención de los pacientes de riesgo lo cual incidió en el avance de la enfermedad dejando a algunos pacientes sin la posibilidad de un tratamiento adecuado”, relató Rosales.

Por otro lado, se han diagnosticado pacientes con cáncer de pulmón en etapa temprana de la enfermedad de forma incidental debido al hallazgo de nódulos pulmonares en tomografías de tórax en contexto de los pacientes que se les diagnosticaba COVID-19, que no se les había realizado ese estudio previamente.

Los pacientes con cáncer y los sobrevivientes de cáncer tienen un mayor riesgo de complicaciones de salud por el COVID-19, dado que este grupo de personas frecuentemente está inmunocomprometido. Tal es así que algunos reportes internacionales revelan hasta un 50% de complicaciones perioperatorias y alta mortalidad en estos pacientes y desalientan la cirugía en mayores de 70 años que hubieran cursado la enfermedad hasta 30 días después de la misma”, agregó el médico del IAF.

Desde el punto de vista quirúrgico aún es prematuro poder dar un veredicto severo de las consecuencias acarreadas por la pandemia COVID-19, sin embargo los profesionales del IAF coinciden en que se pudo apreciar un mayor índice de complicaciones posoperatorias en aquellos pacientes que cursaron procesos infecciosos complicados, derivadas de la afectación que se genera en los pulmones luego de la infección por COVID-19 y que persiste por un tiempo prolongado. Se hallaron en muchos casos un mayor índice de adherencias pleurales y/o derrames loculados, mayor rigidez del parénquima pulmonar asociado a mayor pérdida aérea o sangrado posoperatorio y complicaciones pulmonares y pleurales, como neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda, limitaciones en la reexpansión del parénquima pulmonar.

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