Como una forma de conmemorar “El Día Marítimo Mundial”, cabe recordar que la República Dominicana en su calidad de Estado Miembro de la Organización Marítima Internacional (OMI) suscribió y ratificó mediante la Resolución No. 3485 de fecha  13 de febrero de 1953, la Convención relativa a la Organización Consultiva Marítima Intergubernamental (OCMI) nombre original de la OMI que le fue cambiado en el 1982 por el que lleva actualmente.

Esta condición de Estado Miembro nos permitió poder elegir un día por igual para insertarnos dentro del concierto de otras naciones hermanas, que han hecho suyo la conmemoración de esta importante fecha y en el caso de RD se optó en virtud del Decreto No. 191-04 de fecha 9 de marzo de  2004 declarar  el 27 de septiembre de cada año,  como “Día Marítimo Nacional”.

En efecto, pasaron muchos años, para ver cómo la gente de mar y sus embarcaciones han hecho el mundo más pequeño y menos misterioso. Los pueblos polinesios explotaron el Pacífico, los antiguos pueblos escandinavos aprovecharon un cambio de clima para cruzar el Atlántico y descubrir Groenlandia y la península de Labrador. Después, los portugueses doblaron la punta de África y descubrieron una nueva ruta a las Islas de las Especias de Asia, y Cristóbal Colón intentó hacer lo mismo, pero yendo en dirección contraria, y en lugar de llegar a su destino descubrió América.

Y suponer, que las primeras ilustraciones de veleros proceden de Egipto y se remontan a unos 5000 años antes de Cristo, utilizados por pescadores que se aventuraban a los océanos, al descubrir que el mar albergaba más peces que cualquier río. Los primeros pescadores, la primera gente de mar, sabían, o aprendían rápidamente, que su oficio era peligroso. El océano era y sigue siendo inmenso e imprevisible. Las tormentas que duraban días podían seguirles la calma que imposibilitaba cualquier movimiento de los buques de vela. El marinero que emprendía un viaje al otro extremo del mundo podía permanecer lejos de su hogar, no años, sino meses, y durante ese tiempo tenía que hacer frente no sólo a tormentas y tempestades, corrientes violentas y arrecifes desconocidos, sino también a enfermedades como el escorbuto, que se cobraba miles de vidas por ser una enfermedad escasamente conocida para esa época.

Claro está que al traer esto a manera de recuento, hay que destacar que la revolución industrial de los siglos XVII y XIX tardó mucho tiempo en llegar al transporte marítimo, y no es hasta finales del siglo XIX cuando ya se empezaba a utilizar el acero en lugar de la madera para la construcción de algunos buques, pese a que el cambio fue gradual.

Por lo tanto, debemos reconocer que la propia revolución industrial fue impulsada por el desarrollo transfronterizo, gracias a los grandes viajes interoceánicos que los europeos emprendieron a partir del siglo XVI, en galeones y carabelas.

Finalmente, hay que reconocerle a la Asociación de Navieros de la RD, a la Autoridad Portuaria Dominicana, a la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos, a la Marina de Guerra Dominicana, a la Dirección General de Aduanas, al Ministerio de Industria y Comercio, a la Liga Naval Dominicana y a todo el sector marítimo nacional en su conjunto, el apoyo incondicional que siempre han brindado para hacer posible la conmemoración de esta importante fecha, y muy especialmente, a la OMI por la labor que ha venido desempeñando por décadas dentro de la comunidad marítima, adoptando y elaborando las medidas de seguridad marítima y de protección del medio marino, en provecho de una navegación cada vez, más segura y confiable. Felicidades a todos!