Todos los 1° de agosto el mundo se viste de sonrisas para celebrar el Día de la Alegría, y en una pequeña isla del continente americano que Cristóbal Colón bautizó como La Española, ese sentimiento sabe a «un mangú con los tres golpes: salami, huevo y queso» y suena a » merengue y bachata», aseguran sus nativos.
Esta conmemoración fue instaurada en el año 2010 por iniciativa del colombiano Alfonso Becerra, quién tenía la finalidad de promover la importancia de este sentimiento en la cotidianidad.
La alegría es una de las emociones fundamentales para tener una vida plena y la Real Academia de la Lengua Española la define como un sentimiento grato que se expresa mediante signos exteriores, sin embargo, existen diferente tipos de alegrías y no todas son positivas, según la psicóloga Sara Montejano.
Entre estos tipos destaca la alegría verdadera, que se genera de manera genuina después de un acontecimiento de placer; le sigue la hilarante que se experimenta a través de situaciones espontáneas que resultan graciosas.
¿Haz estado en una situación incómoda dónde te preguntan algo que no quieres responder y para evitarlo te ríes?, pues esta es una alegría simulada, se muestra de manera intencionada sin que exista un aliciente que la provoque naturalmente.
Y como «todo lo que brilla no es oro», en un tenor nocivo se encuentra la alegría patológica, que es una condición en la que una persona experimenta un estado de felicidad extrema y desproporcionada en comparación con la situación real.
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Es importante entender que la alegría patológica no es simplemente estar muy feliz; es una señal de que algo no está bien en la salud mental de la persona.
En esta secuencia también se encuentra la alegría maligna, que es cuando una persona se siente satisfecho con la desgracia de otra.
¿Alegría y salud?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas que experimentan altos niveles de alegría tienen un 40% menos de probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas. Además, la alegría fortalece el sistema inmunológico y mejora la calidad del sueño.
¿Qué tan felices son los dominicanos?
De acuerdo el informe que realiza las Naciones Unidas para medir como ha evolucionado la felicidad de los ciudadanos en los últimos años, República Dominicana (RD) ocupa el puesto número 69 de 156 países.
Este expediente se basa en la puntuación, del cero al 10 que le dan los entrevistados a su vida, siendo cero el peor de los escenarios y 10 el más feliz. En el proceso se toman en cuenta factores como el apoyo social, la libertad, corrupción, generosidad, entre otros, y se comparan con los de un país imaginario llamado Dystopia donde viven las personas más infelices del mundo.
En RD la alegría es parte del ADN cultural, se encuentra en los vibrantes colores del carnaval, en la danza, en el Teatro Nacional, en el cantico que realizan los estudiantes al chófer en cada paseo escolar: «chofer, seguro, a la guagua dale duro».
La alegría está inmersa en el pan con chocolate cuando llueve, en la sonrisa de los niños y las bendiciones de los abuelos, la alegría está en RD.