SYDNEY, Australia. AP.  Decenas de miles de peregrinos católicos de todo el mundo se congregaron  ayer en el embarcadero de Sydney para asistir a la misa de apertura del Día Mundial de la Juventud.  El papa Benedicto XVI llegó el domingo y descansaba en un retiro en las afueras de Sydney hasta el jueves, cuando iniciará una apretada rueda de reuniones, tomará un crucero por la bahía de Sydney y hablará a los peregrinos.

La festividad culmina con una misa papal el domingo.  Aborígenes australianos con vestimentas tradicionales y con trazos de pintura blanca en el cuerpo bailaron y cantaron al son profundo del instrumento típico digerido en en Barangaroo, junto al embarcadero.  “Algunos dicen que no hay espacio para la fe en el siglo XXI. Yo digo que están equivocados”, afirmó el primer ministro Kevin Ruud.