Hace unos días el Gobierno exhibía el crecimiento de 6.6% logrado por la economía en el año 2016. Para febrero de 2015, el Observatorio de Mercado Laboral Dominicano registraba 624,604 personas de entre 10 y 34 años que ni estudian ni trabajan (los NiNi). Según la ley 49-00, nuestra franja de edad de la juventud es de 18 a 35 años. Ahora bien, entre julio 2014 y junio 2016 se generaron 280,366 nuevos empleos, según la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo, un ritmo de creación de plazas laborales con el que la tasa oficial de ocupación abierta bajó de 8.8% a 7.4%.
Las cifras anteriores ponen de manifiesto que las políticas públicas del país no logran atenuar el fuerte impacto social de la juventud desocupada, ajena a la toma de decisiones o de la posibilidad de escalar posiciones en virtud de sus actividades políticas. La generación NiNi se ha estado moviendo al alza de manera consistente, sin que el crecimiento económico haya logrado interferir ese crecimiento como un resultado colateral de la reducción de pobreza. Por otra parte, en el aspecto de género las consecuencias son más agudas, pues se calcula que nuestra tasa de embarazo precoz anda por tres de cada 10 muchachas. jóvenes. Tanto desde la perspectivas de edad como de la de género, la juventud dominicana está relegada a planos que no toman en cuenta sus necesidades para fundamentar políticas objetivas de desarrollo personal.

Medidas para justicia oportuna

Justicia retardada equivale a justicia denegada, dice un principio de derecho. Actuar contra la mora judicial es, por consecuencia, un paso de adelanto hacia una oportuna administración de justicia. Desde esa perspectiva, son plausibles las decisiones adoptadas por el Consejo del Poder Judicial para ponerle término a los aplazamientos y reenvíos injustificables en los procesos judiciales. Según esas disposiciones, ni siquiera el cúmulo de expedientes podrá, en lo adelante, justificar aplazamientos de audiencias, toda vez que se dispondrá de jueces suplentes para aligerar la carga de magistrados titulares.
Aunque la calidad de la administracíon de justicia no depende únicamente del factor oportunidad en el cumplimiento de los plazos, no hay duda que avanzamos para mejorar la imagen de nuestro Poder Judicial.