Hoy, 21 de octubre, es el Día Nacional del Poeta en República Dominicana (RD), establecido para honrar el natalicio de Salomé Ureña Díaz, destacada poeta y educadora dominicana, que nació en Santo Domingo el 21 de octubre de 1850.
Como indica a la Real Academia Española (RAE), la poesía es: “la manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa”.
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Los poetas dominicanos más destacados
Del XIX, cabe seleccionar a Salomé Ureña Díaz, a José Joaquín Pérez, Pedro Mir y a Gastón Fernando Deligne como voces importantes, que muestran una dedicación central en la poesía, el pensamiento y la reelaboración de un sentido estético.
La poesía dominicana viene a tener cierta difusión durante el periodo del modernismo, donde se destacan una gran cantidad de poetas, entre los que sobresale de manera significativa Fabio Fiallo, quien también contribuyera con importantes cuentos.
Así que, no solo en la poesía sino en la prosa, la participación dominicana en el modernismo es significativa.
Al malogrado autor Federico Bermúdez cabe tener la fuerza poética para dejar atrás la escuela de Darío, con “Oro virgen” y “Los humildes”; entrada la década del treinta aparecen otros poetas de alcances mayores en las letras hispanoamericanas.
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Puede ser descrita la poesía dominicana desde dos metáforas usadas por Heidegger: el suelo y la tierra. Toda la gran poesía dominicana ha tendido una relación mayor entre la tierra y el cielo y se ha separado del corazón, de los sentimientos, del amor.
En el modernismo era la hiperestesia humana, en los poetas posmodernistas tenemos la tierra, como relación problemática del hombre con su entorno.
Fue Domingo Moreno Jimenes quien, en la década de 1920, siendo un cronista de expresión sentimental sobre la tierra, une la poesía y a la espiritualidad.
El corazón es entonces puesto en la tierra, en la poesía de Moreno Jimenes, que busca un lenguaje más coloquial y se aleja del retoricismo, de la poesía como artefacto que Darío encumbró.