Así lo afirmó el doctor Remberto Escoto, jefe de la Unidad de Oftalmología de Cedimat, durante una conferencia magistral
Una oclusión vascular que no se diagnostica y trata a tiempo puede producir una gran disminución de la visión que muchas veces puede ser evitada o al menos controlada.
Es ahí donde radica la importancia de actuar con rapidez ante una condición de esa naturaleza.
De ser identificada a tiempo se podría mejorar la visión o incluso evitar que ocurran más problemas o que afecte al otro ojo, ya que a veces son oclusiones que ocurren en un solo ojo, pero como la visión en el otro es buena la persona no identifica lo que le está ocurriendo.
Así lo precisó el doctor Remberto Escoto, jefe de la Unidad de Oftalmología de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (CEDIMAT), en el marco de las Conferencias Magistrales Dr. Juan Manuel Taveras, titulada “Enfermedades vasculares de la retina y coroides”.
En su conferencia magistral “Manejo del desprendimiento de la retina en las enfermedades oclusivas”, el oftalmólogo indicó que el síntoma principal de esta enfermedad es la disminución rápida de la vista. Agregó que esto puede presentase con más frecuencia en personas por encima de los 60 años, aunque esto no quiere decir que por debajo de esta edad no ocurra.
“La causa principal de las oclusiones vasculares son precisamente las enfermedades que son muy frecuentes en el mundo, diabetes e hipertensión arterial. De igual manera, hay otras afecciones que pueden provocarlas como los estados de hipercoagulabilidad y enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoidea o el lupus; anomalías hematológicas, como linfoma, leucemia; las enfermedades infecciosas o condiciones propias del ojo, como el glaucoma, o incluso fármacos.
De ser identificada se podría mejorar la visión o evitar más problemas