Los marcapasos más pequeños del mundo

Los marcapasos más pequeños del mundo

Uno se llaman Micra y el otro NanoStim. Tienen el tamaño y la forma de una cápsula de medicamentos, pueden colocarse en el corazón a través de una de las grandes venas del muslo y son inalámbricos, a diferencia de los dispositivos actuales que llevan cables que pueden producir infecciones.

Un marcapasos artificial es un dispositivo electrónico diseñado para producir impulsos eléctricos con el objeto de estimular el corazón cuando falla. Este sistema consta de un generador de impulsos eléctricos y de un cable.

Para implantarlo se realiza una pequeña incisión al paciente debajo de la clavícula izquierda y se introduce el cable a través de una vena cercana, hasta la aurícula derecha o el ventrículo derecho, dependiendo del tipo de trastorno que se esté tratando, explican desde la Fundación Española del Corazón, FEC.

Posteriormente, cuando el cable está en el lugar adecuado -confirmado mediante rayos X-, se conecta al marcapasos y éste queda alojado debajo de la piel. El procedimiento finaliza cosiendo la incisión, señalan desde la FEC (www.fundaciondelcorazon.com).

Pronto este tipo de procedimiento podría ser innecesario, ya que, en su lugar, los médicos podrán usar unos nuevos marcapasos inalámbricos miniaturizados, lo bastante pequeños como para colocarlos en el corazón a través de los vasos sanguíneos, como las grandes venas del muslo, haciendo que la cirugía cardiaca sea menos traumática, según “MIT Technology Review”.

Los fabricantes de estos dos marcapasos explican que sus baterías durarán de 8 a 10 años a plena capacidad de estimulación, y que estos dispositivos están libres de cables o electrodos que se abren camino hasta el corazón, ya que se colocan dentro del propio músculo cardiaco y sus microgeneradores transmiten los pulsos eléctricos a través de minúsculos electrodos, que entran en contacto con las paredes cardiacas, según esta revista científica.

Ambos marcapasos recibieron, el marcado o marca CE, de Conformidad Europea, que indica que cumple con los mínimos requisitos en materia de seguridad de la Comunidad Europea, el modelo “Nanostim” en 2013, y el “Micra” en 2014, y ambos están considerados como dispositivos experimentales en EE.UU. St. Jude Medical (SJM), la empresa que inventó el primer marcapasos en 1958, ha desarrollado el marcapasos “Nanostim”, un dispositivo cilíndrico de menor tamaño que una pila “triple A”, que detecta la actividad eléctrica del corazón, lo estimula si es necesario y se comunica con un sistema de programación.

A diferencia de los marcapasos comunes, este dispositivo se aloja enteramente en el ventrículo derecho del corazón, no requiere cables y no provoca cicatrices ni un bulto permanente bajo la piel en el lugar donde se coloca, aseguran desde esta compañía (www.sjm.com) con sede en St. Paul, Minnesota. Un corazón sano normal regula automáticamente su frecuencia, pero algunos corazones laten con demasiada lentitud o de modo irregular y requieren un marcapasos para corregirlo, según SJM.

Sin cables ni complicaciones. Los marcapasos unicamerales tradicionales requieren que el médico practique una incisión quirúrgica en el pecho para colocar el dispositivo en un bolsillo debajo de la piel, añaden desde SJM. Luego, el médico implanta unos finos conductores recubiertos de aislante, los cables, que conectan el marcapasos al corazón a través de las venas, y administran los impulsos eléctricos que estimulan el órgano para que lata a un ritmo normal.

Según SJM, la incidencia de complicaciones en los marcapasos es de alrededor del 4 % y cuando se presentan suelen afectar al “bolsillo” en el que está implantado el marcapasos, que puede infectarse, o a los cables, que pueden moverse de su lugar. Unos riesgos que se reducen con el “Nanostim”, con el que el “bolsillo quirúrgico” y los cables quedan eliminados, según esta compañía.

Para colocar este dispositivo, que pesa 2 gramos, tiene un volumen de 2 centímetros cúbicos y mide 42 milímetros de largo y 6 milímetros de diámetro, el médico introduce un catéter con el marcapasos dentro mediante una pequeña punción en la ingle y lo dirige hasta el corazón.

Una vez dentro del corazón, el cirujano acopla el marcapasos sin cables a la pared junto al extremo inferior del ventrículo derecho, y luego retira el catéter de la vena. En la gran mayoría de los casos, la intervención se realiza con anestesia local y dura alrededor de una hora.

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